Un Exorcismo Magno para Bolivia

Recientemente a través de los medios de comunicación hemos conocido del «enriquecimiento ilícito y favorecimiento al enriquecimiento ilícito producto de un fraude bancario en el Banco Unión».

Respecto del escandaloso hecho, el abogado de dicha entidad financiera declaró a la prensa que un «astrólogo hizo uso de su poder sobrenatural, su magia negra, para poder embrujar a todos los personeros del Banco» para facilitar el robo. Curiosa la explicación jurídica, cómica por decirlo más amablemente. En este estado de cosas en las cuales se da un «totum revolutum» de «espiritualidades y cosmovisiones», hay quienes hablan de todo y de todo pontifican: política, educación, leyes, religión, moral, etc.

Ahora seriamente entremos al tema en cuestión.

Dios Verdadero e idolatría: la Biblia entera nos recuerda que para adorar a Dios hay que desembarazarse de toda idolatría. Liberar al hombre del círculo diabólico de la idolatría para abrirlo a la adoración de Dios es la liberación más importarte.

Todo el que practica la «idolatría» yerra en el conocimiento de Dios (cf. Sab 14,22). Con el proyecto o idea de los ídolos, aberración capital, se originan en cadena males de todo orden, en especial de orden religioso y moral: «la corrupción de la vida» (Sab 14,12; cf. 22-31), pues, al poner en lugar de Dios a una criatura se invierte, o mejor, se pervierte el orden de los valores en la vida, se pierde el sentido moral y, paradójicamente, se suprime de la vida toda posible referencia a un orden transcendente.

El Papa Pío XI definió como «ignominiosa» la colocación de la religión verdadera de Jesucristo «en el mismo nivel de las falsas religiones». Para San Francisco Javier, siguiendo a San Pablo, todas las invocaciones a los ídolos «son abominables para Dios», por eso dice San Pablo: «¿Qué concordia hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte del creyente con el infiel? ¿Qué conformidad entre el templo de Dios y el de los ídolos?... Por tanto salgan de ellos y apártense, dice el Señor�?». «Cuando los paganos ofrecen un sacrificio, el sacrificio va a los demonios y no a Dios. Y no quiero yo que ustedes tengan parte con los demonios. No pueden beber el Cáliz del Señor y el cáliz de los demonios».

Por supuesto no sólo se da una idolatría a objetos materiales, a elementos de la Creación, hay también una idolatría del dinero, del poder y del placer.

San Pablo nos advierte que habrán tiempos en los que la verdadera doctrina será rechazada, despreciada, y los que la sigan perseguidos (cf. Hebreos 13, 9).

Maldición: la maldición es la manifestación del deseo de hacer daño a otros. Claramente, la fuente del daño es el diablo. Monseñor Bolobanic explica: «los que han practicado ritos ocultos y mágicos, con frecuencia tienen problemas morales y psicológicos, caen en la depresión, son agresivos y caen en diversas perversidades sexuales».

Chamán: éstos se consideran «magos blancos» o «brujos buenos», «solamente para hacer el bien y curar enfermedades», ¿será por eso que los que utilizan el agua bendita, bendecida previamente, claro está, por un presbítero católico ordenado válidamente?

Infestación diabólica: es una fuerte presencia del diablo, que se puede dar en un determinado lugar, objeto o animal, o en determinadas ciudades, zonas o países enteros.

Bendición: rito y oraciones realizadas en nombre y con la autoridad de la Iglesia por un ministro debidamente cualificado, por el que se santifican las personas o cosas como dedicadas al servicio divino, o por el cual se invoca sobre ellos el favor divino.

Exorcismo: es una oración por la que, en el Nombre de Jesús, se ordena al demonio para que se aleje de una persona poseída o tiene un fuerte influjo del maligno.

Exorcismo Magno: poder exorcístico aplicado para exorcizar a las fuerzas infernales para que se alejen de una parroquia, de una ciudad, de una diócesis o de la Iglesia universal, debido a la estrepitosa extensión del mal.

En mayo 2015 en la Catedral de San Luis Potosí, México, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, acompañado del arzobispo de Guadalajara y de varios exorcistas verificó un Exorcismo Magno a México, una de las razones fue justamente la extendida práctica del aborto allí.

Los fieles católicos debemos saber que la Iglesia como Madre solícita nos provee de sacramentales, es decir signos que nos otorgan la gracia. Los sacramentales no son objetos mágicos ciertamente, son una llamada a Dios para que actúe.

Entre los principales sacramentales están: la señal de la Cruz, el agua bendita, los escapularios, el Detente del Corazón de Jesús, las medallas, especialmente la Medalla Milagrosa y la Medalla de San Benito, el rosario, aceite y sales exorcizadas.

La superstición y la frivolidad son dos extremos que se deben evitar tanto de parte de quienes nos proveen los sacramentales, cuánto de quienes los empleamos. Uno ha de asegurarse de que el sacerdote bendiga el agua con la respectiva oración, no vaya a ocurrir que se crea que el agua potable de una iglesia o parroquia de suyo ya está bendecida.

Viendo el mal extendido: violencia, familias destruidas, matrimonios colapsados, decadencia moral, violaciones, alcoholismo, creciente aumento de la drogadicción y fabricación de estupefacientes, corrupción, paganismo ¿no cree Usted que los obispos deberían realizar un Exorcismo Magno a nuestro país? Simple sueño, ya que, aunque Usted no lo crea, muchos sacerdotes no creen en estas «cosas de personas atrasadas, débiles o ignorantes».

german_mazuelo_leyton@yahoo.com