Por: Soledad Barrios Chumacero - Licenciada en Lenguaje - Literatura - Presidenta del Ibby regional Oruro
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Desde siempre, la mujer ha tenido y tiene un papel fundamental en la vida de los pueblos, de las comunidades y de la familia, sin embargo, no en todos los ámbitos se desenvolvió de la misma manera, jugó el mismo rol, ni recibió el mismo trato.
Hablar de ser tan singular entraña profunda responsabilidad, su tarea es y será imperecedera, en la conducción del hogar, en la construcción de la patria, en la formación de las sociedades.
La mujer de nuestras razas ancestrales, fuerte, tenaz y compañera solidaria, apoyaba silenciosa la organización del imperio y junto a su hombre hacÃa esfuerzos denodados por dominar los elementos de la naturaleza para robustecer el imperio, y buscar por sobre muchos aspectos la felicidad de su gente.
Luego de una serie de trabajos y sinsabores, de lucha constante, con los patrones de las haciendas vecinas, logró salir adelante en su emprendimiento.
En referencia a doña Ercilia Soruco afirmaba "La esposa de Loayza atendÃa a la educación de las mujeres, les revelaba los secretos de la cocina, crianza de los niños, aseo y su propio acicalamiento personal" (Pág. 257).
Esta escuela irradió conocimientos de vida, más allá de sólo preocuparse por la instrucción, fue una fuente de saber, que llevó a las personas que hasta entonces vivÃan en estado salvaje, a ser seres socialmente adaptados, teniendo incluso que constituir parejas para evitar la promiscuidad en la que vivÃan, esta titánica labor la desempeñó con mucho amor sobretodo dona Ercilia Soruco de Loayza.
"Luego de nuestra llegada, dentro del orden productivo, fue SofÃa Criales, esposa de Raúl, la que organizó la cooperativa, que tuvo una prosperidad increÃble y con la cual la escuela, asà como la comunidad, se surtÃa de toda clase de artÃculos de consumo, como ropa, telas, zapatos, productos enlatados, arroz, azúcar, material escolar a precios incluso más bajos que los de la ciudad. La cooperativa concedÃa plazos para los pagos y llevaba sus cuentas con absoluta escrupulosidad. Se instaló la feria semanal en la plaza del futuro pueblo, frente a nuestro edificio, en la cual se hacÃa intercambio y compraventa", formado de esta manera más que una escuela, una comunidad educativa real, donde importaba el estudiante en esencia, por lo que mejoraron las condiciones de vida de la familia, núcleo de la sociedad.
En este acercamiento a una realidad que cambió la forma de ver la educación, quiero resaltar la labor tan valerosa de las todas las mujeres que participaron en el emprendimiento de Warisata, que si bien la historia no las menciona, sea este un sentido reconocimiento a tan prolÃfica labor, que además estuvo matizada con el gran amor que la mujer pone al realizar las tareas que emprende
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