Mi admiración y respeto a las mujeres del paÃs, porque el 11 de octubre se celebró el DÃa de la Mujer Boliviana, instituida por Decreto Supremo 17081 de 1979 por la ex presidenta Lydia Gueiler Tejada. Al resaltar la labor que desarrollan las mujeres en los diferentes campos, deseo enfocar en particular el cuidado y protección que deben tener las madres para con las niñas y adolescentes, para evitar un embarazo precoz a una temprana edad; aspecto de debe llamar la atención, por los datos que se tienen, cuando en los primeros siete meses han aumentado de forma alarmante en púberes.
La información proporcionada por el Ministerio de Salud sorprendió a la opinión pública porque entre enero y julio de este año, el Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) registró más de 2500 embarazos en niñas menores de 15 años (es decir un promedio de 12 por dÃa). Es un dato que muestra que las niñas de pronto se convierten en madres, y preocupa porque se debe a la falta de cuidado y control de los padres.
Los embarazos suceden por el poco cuidado y orientación que reciben de las madres las niñas. En estas circunstancias una niña embarazada con seguridad no posee la información mÃnima sobre el cuidado de su salud sexual y reproductiva, mucho menos está consciente de la importancia de prevenir un segundo o tercer embarazo no deseados. Es decir, estamos frente a una de las más trágicas circunstancias de embarazo y de ser madre. Si retrocedemos cuatro años es importante referirse al Informe del Estado de la Población Mundial 2013 "Maternidad en la niñez", del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), que advertÃa entonces sobre esta problemática en el mundo, señalando que cuando una niña queda embarazada, su presente y futuro cambian radicalmente, con muy pocas posibilidades de madurez y desarrollo normal debido a las circunstancias en el que se desenvuelven y la influencia del medio donde conviven lo que ocasiona que no puedan terminar su educación, se desvanezcan sus perspectivas de trabajo y se multiplique su vulnerabilidad frente a la pobreza, la exclusión y la dependencia.
Un aspecto importante que sucede con el embarazo prematuro tiene que ver con la salud de las niñas que están asociados a los riesgos que van desde anemia, hipertensión arterial, desnutrición gestacional, preeclampsia, nacimiento prematuro y cesárea que constituyen los seis riesgos más comunes a los que se expone una niña gestante entre 10 y 14 años, según datos de la organización Mundial de la Salud (OMS).
Por todo lo explicado, corresponde a las madres cuidar a las niñas de sus agresores sexuales que se encuentran cerca de ellas en el núcleo familiar, y deben constituirse en amigas de sus hijas para la existencia de una confidencialidad y orientación fluida entre ambas y evitar de esta manera sorpresas nada agradables. A los padres el deber y obligación de cuidarlas protegerlas, porque su concepción es fruto del amor con su pareja.
Esta cruel realidad obliga al Estado y sus organizaciones a fortalecer medidas eficaces para prevenir y atender esta problemática, vinculada directamente con la violencia sexual, asà como la necesidad de aprovechar todos los medios posibles para que niñas, niños y adolescentes reciban una educación integral para la sexualidad obligatoria como parte de su formación educativa y se profundice la orientación y educación sexual en el primer curso de secundaria, "Todo tiene su tiempo y es mejor vivir la vida antes de crear". "Prevenir un embarazo en la niñez y adolescencia es invertir en el presente y en el futuro de un paÃs".
(*) Es ingeniero
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