Fue el 10 de octubre de 1982, cuando el último presidente militar, admitiendo un periodo de transición cumplió su compromiso de entregar el Estado al sector civilista, reconociendo la trascendencia polÃtica de ese tiempo y el derecho a gobernar que ganaron las fuerzas sindicales y las polÃticas de ese trascendental cambio nacional en pos de recuperar la democracia boliviana.
Se logró el objetivo y una corriente polÃtica renovada en cuadros especiales asumió la responsabilidad de gobernar el paÃs bajo el signo inequÃvoco de la democracia, desechando lo que hasta entonces fue una transferencia del poder entre quienes lo detentaron , aplicando la fuerza y conculcando las libertades y los derechos ciudadanos.
Precisamente el mayor daño de los regÃmenes totalitarios fue el ataque a los derechos humanos, dejando esos valores en el congelador de la injusticia y la intolerancia, hasta que se cambió el sistema por otro que reinició su vigencia comenzando por respetar derechos, con libertad y tolerancia, desterrando - ojalá fuese para siempre - la incursión de fuerzas anodinas que sólo buscaban el uso desmedido de poder y de ganancias, sacrificando la vida de patriotas defensores de las libertades, de los sÃmbolos y de la Patria en conjunto.
El paÃs celebra en la fecha 35 años de la recuperación de la democracia, asà como se mueve el hecho en el ámbito de la polÃtica, tanto la oficialista como la que se considera opositora, con ciertas variables que muestran un tiempo de crisis aunque se impone el cambio de modelo para restituirle al ciudadano su derecho de elegibilidad de sus gobernantes en un ambiente de amplias libertades que hagan posible la alternabilidad democrática como otra condición ciudadana ineluctable en la vida de la comunidad. Se trata de asumir defensa en la vida ciudadana en un proceso democrático que está amparado por leyes y normativas de una Constitución plenamente vigente, que deben respetar, por asà decirlo, moros y cristianos.
La democracia es un proceso que no puede confundirse, ni siquiera en la alternativa de una tentación humana, para alterar su proceso en busca de fines sectarios. Lo importante, lo ineludible, lo único válido es respetar los derechos ciudadanos, cumpliendo las normas legales vigentes, que hablan de periodos y de alternabilidad en los mismos para gobernar el paÃs de todos los bolivianos.
Ninguna forma atrabiliaria de gobierno puede alterar derechos y libertades, pues en tal caso estarÃamos viviendo otro periodo dictatorial y autoritario, bajo el signo de una democracia imperfecta.
Fuente: LA PATRIA
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