"SabÃamos que habÃa un movimiento, pero todavÃa no sabÃamos si habÃa guerrilleros", relató Cuentas, cuyo grupo fue dividido para iniciar una incursión en la selva para buscar a los subversivos.
"Padecimos de hambre, sed, por los mosquitos y el calor. Atravesamos toda la montaña, eran varias semanas", evocó.
Su grupo llegó hasta el cruce de los rÃos Ã?ancahuazú e Iquiri, sitio en que el grupo comandado por un teniente de apellido Arnez habÃa decidido acampar en los primeros dÃas de mayo de 1967.
El dÃa 8 de ese mes, algunos de sus compañeros fueron a buscar algo que comer rÃo abajo cuando se produjo el primer encuentro con los guerrilleros que inicialmente tomaron presos a dos soldados.
"Nos organizamos para atacar en tres grupos, rÃo abajo, pero ellos se habÃan organizado en forma de ele (L) y comenzaron a dispararnos de costado y frontalmente, nos emboscaron", rememoró.
El combate duró casi dos horas en el lecho del rÃo Ã?ancahuazú hasta que los fusiles mauser de los reclutas quedaron sin balas.
Según el soldado, el grupo, a cargo del teniente Henry Laredo, de 23 años, decidió la retirada cuando se escucharon los disparos que les impactaron.
"Me daba pena, en el momento de morir el teniente Laredo gritaba ¡sálveme, por mi madre, sálveme!, y los alumnos igual", relató Cuentas, que salvó "la vida de milagro".
En su diario de campaña en �ancahuazú, Guevara da su versión de los hechos del 8 de mayo, asegura que Laredo "inició el fuego, cayó muerto, junto con dos reclutas más", y que el saldo total fue de tres muertos, diez prisioneros, dos de ellos heridos.
El 9 de mayo, Guevara relata que pasó la noche sin dormir, pero decidieron liberar a los prisioneros, previa charla.
"Se les quitaron los zapatos, se les cambió la ropa y a los mentirosos se les envió en calzoncillos", escribió el Che.
Según Cuentas, cuando cayeron prisioneros, los guerrilleros les ordenaron desnudarse para caminar con las manos en la nuca hasta el campamento.
Agregó que el guerrillero al que llamaban "Coco", que era el boliviano Roberto Leigue, fue el encargado de interrogarlos y de anunciarles que iban "a ser fusilados", que debÃan comenzar a rezar.
"Desde ahÃ, algo más arriba, yo pude ver a unos 20 metros entre los matorrales y la selva a varios guerrilleros. Entre ellos habÃa un señor con barba fumando, solamente pude mirar eso", rememoró Cuentas en alusión al que ahora cree que era el mismo Guevara.
No obstante, "Coco" despertó a los prisioneros indicándoles que "el comandante les ha perdonado la vida", que tenÃan media hora para abandonar el lugar llevándose a sus heridos y asà lo hicieron.
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