Asà se dan las cosas en un proceso de increÃble contradicción ante una realidad que se conoce y se la vive en nuestro paÃs. El uso y consumo de la quinua, el famoso "grano de oro", cultivado en la altiplanicie de nuestro occidente, de reconocidas propiedades nutritivas y de un mÃnimo consumo a nivel local y nacional, mientras en mercados externos, por sus cualidades reconocidas de su valor alimenticio es un producto de alta demanda.
No está demás recordar algunas apreciaciones en torno al cultivo, cosecha y producción de quinua en el altiplano orureño, con caracterÃsticas excepcionalmente propias de la región e inimitables en otras latitudes, por lo mismo un privilegio de la naturaleza para mejorar las condiciones nutricionales de nuestra comunidad, situación que lamentablemente se desperdicia por falta de adecuada información y apropiada instrucción sobre su uso y consumo.
Un dato reciente del Centro Internacional de la Quinua (CIQ) de Bolivia, señala claramente que "el consumo de quinua a nivel familiar es bastante bajo en relación a otros productos que contiene la canasta alimentaria diaria y que en su mayorÃa carecen de los valores nutritivos que contiene la quinua real".
El informe del CIQ, señala además y esto es lo que alarma, cuando indica que cada boliviano consume tan sólo un promedio menor al kilo y medio (1,5) de quinua anualmente, una cantidad insignificante si se la toma en cuenta mensualmente y ni siquiera para la referencia diaria, cuando en los hechos la quinua tendrÃa que ser el alimento básico de la dieta familiar cotidianamente, entendiendo su inclusión de diferentes modos en el menú corriente, desde el pan hasta el postre.
Para mostrar la diferencia en los hábitos de consumo de la población el INE difundió un cuadro referencial en el que hay 15 productos de permanente uso en la cocina diaria, ocupando el primer lugar la papa con 99 kilos por persona, luego la harina entre pan y fideos, el azúcar, arroz y las carnes, verduras y hortalizas y en el último lugar la quinua con 1.49 kilogramos al año.
Hay carencia de programas nutricionales, no hay promociones adecuadas para incentivar el consumo de quinua, no se promocionan los valores alimenticios y de nutrición excelente que posee el grano de oro, mientras que polÃticas especiales sobre la materia han permitido que en otras latitudes la gente conozca y se convenza de esos atributos que tiene la quinua, por lo que es altamente requerida, mientras en su paÃs y en su zona de origen, su consumo es vergonzosamente pobre.
Faltan programas apropiados y permanentes para mostrar las bondades de la quinua, faltan polÃticas especiales para promover su industrialización y además planes educativos para que su consumo se incremente y se observen resultados favorables en su mayor consumo a nivel nacional y especialmente recomendada en la dieta de niños, jóvenes y gente de la tercera edad. Hay que estudiar paralelamente una polÃtica de precios para que la quinua no sea un producto de lujo en el paÃs que se produce.
Fuente: LA PATRIA
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