Un año más en democracia

El 10 de octubre Bolivia celebrará 35 años de democracia, después de haber transitado durante mucho tiempo por gobiernos de facto, de cambios y golpes de estado. En esta nueva vivencia se superó un largo período de gobiernos no democráticos y la población tomó conciencia que el voto ciudadano es la principal fuente de legitimidad de las autoridades y los representantes. Desde entonces, sin interrupciones, se ha caminado mucho, para celebrar el valor de vivir en democracia. La conquista de la democracia en octubre de 1982, con el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP), fue intensa y difícil. Precedida, entre 1978 y 1981, de 3 elecciones generales y 9 gobiernos. Nada menos: 7 presidentes militares de facto y 2 civiles en frágil interinato. Hasta que, en situación extrema, se dio la transición pactada con la convocatoria al Congreso de 1980 y la elección de Hernán Siles Zuazo como presidente.

Para vislumbrar en un sentido amplio, es necesario referirse a la democracia como régimen político, ésta engloba normas, instituciones y actos relacionados con el acceso al poder, las que se dan necesariamente mediante elecciones periódicas para elegir y renovar a los representantes que gobernarán el país.

Ahora, conceptualmente el término democracia tiene muchas acepciones significados y dimensiones de alto valor subjetivo para el accionar y desarrollo de una nación porque en ellas se encuentran concentradas el derecho: al voto, a la asociación, a la libertad de expresión, de prensa, a la libertad de culto, y respeto a las mayorías, las que de vemos cultivar y preservar cada día.

Gran parte de los principios y valores de la democracia fueron incluidos de la declaración universal de los derechos humanos y fundamentales de las personas, que son un producto de las luchas hechas por poblaciones excluidas y discriminadas; y del reconocimiento de la sociedad de estos derechos.

Por el sacrificio y las luchas de grupos sociales de trabajadores estudiantes, universitarios y pueblo en general se ha conseguido el fortalecimiento de la democracia el respeto a la decisión que asumen las mayorías, tomando en cuenta las opiniones, necesidades, intereses y accionar de las minorías o de las poblaciones vulnerables, discriminadas y excluidas.

Esto nos enseña que la democracia es un medio para la convivencia pacífica que exige a todas las personas a aprender, vivir, pensar, sentir y actuar como ciudadanos y ciudadanas responsables, ejerciendo los derechos y cumpliendo deberes y obligaciones. Por tanto todos los ciudadanos merecen atención, consideración y respeto, a su forma de pensar y expresar sus ideas, opiniones y no pueden ser perseguidos insultados y ofendidos por dar a conocer su pensamiento diferente o discrepante a los gobernantes.

La democracia como forma de vida necesitará mejorarla día a día mediante un trabajo constante, con el propósito de lograr una cultura ciudadana activa que promueva y se fundamente en valores y actitudes, entre ellos la dignidad del ser humano, la tolerancia, el respeto, el reconocimiento de la diversidad y la solidaridad; promoviendo y practicando habilidades como el diálogo para la solución de los problemas y conflictos sociales. La democracia es lograr.

1. Mayor igualdad porque cuando la desigualdad es alta no hay democracia que logre fortalecerse.

2. Más y mejores espacios para la participación, porque la democracia de unos pocos no es democracia.

3. Más incorporación efectiva de los grupos más vulnerables de la sociedad y con mayores dificultades para participar activamente en los procesos políticos, sociales y económicos, porque sin igualdad no hay una democracia real.

4. Más diálogo, tolerancia y respeto para lograr acuerdos que permitan convivir de forma pacífica y constructiva.

En tanto será imprescindible observar lo que dice la CPE en su Art. 8 apartado II "El estado se sustenta en los valores de unidad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementación, armonía, transparencia equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales para vivir bien."

Como sociedad se debe reconocer entonces que falta mucho por hacer en cuanto se refiere a los puntos citados líneas arriba, lo que debe ser preocupación constante de todos los bolivianos para fortalecer nuestra democracia y lograr avanzar a nuevos desafíos democráticos electorales.

En este año más de vida democrática institucional debe llevar a pensar y reflexionar que tras una oscura época de gobiernos dictatoriales, las bolivianas y los bolivianos recuperaron la democracia y hasta la fecha es el período más largo de un sistema de gobierno que se instauró en el país. No se debe olvidar que "La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; que se expresa mediante elecciones auténticas libres transparentes y democráticas que deben celebrarse periódicamente, mediante voto secreto y sufragio universal e igualitario preservando la alternancia, trasformación y renovación de gobernantes y equidad de género en las candidaturas de las diferentes agrupaciones y partidos políticos.

El valor y riqueza de un sistema democrático está en el respeto al soberano, a las mayorías y minorías, entendiendo que la voluntad de estos impulsos sociales se refleja en la democracia, que es la fuerza que se opone al poderío de gobiernos dictadores autoritarios y totalitarios, bajo el principio constitutivo de la soberanía popular como legítimo derecho adquirido en las luchas por los derechos de las personas y no se debe olvidar que la fuente de la soberanía es el pueblo, y no existe, ningún poder, o autoridad por encima de él, y se convierte en legítimo y legal por ser expresión de la voluntad popular. "Democracia es la oportunidad y posibilidad que tiene el soberano de gobernar con alternancia e igualdad de derechos".

(*) Es ingeniero