La iglesia pide ayudar a los desposeídos en Corpus Christi
04 jun 2010
Fuente: La Paz, 3. (ANF).-
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El Arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor Montero, pidió este miércoles de Corpus Cristi en su homilía en la Catedral Metropolitana de La Paz, ayudar a los más necesitados como lo hizo Jesús al brindar su vida para salvar a la humanidad y convirtiéndose en el Pan y Vino de alimento para el alma y la vida misma.
“Se debe reconocer que Dios dio su vida por nosotros y recordar que Él quiso quedarse en el Pan y Vino para ser alimento y sostén de nuestra vida cada día a cada hora y saber que tenemos el encargo de llevar pan a los hermanos y ayudar materialmente a mejorar su vida y también espiritual para poner bases permanentes para esa mejora, por eso queridos hermanos queremos dar gracias Dios por el misterio grande de su amor”, dijo Abastoflor.
El Arzobispo recordó el mandato del Señor, de dar de comer a quienes lo necesitan y pidió no quedarse indiferentes ante el sufrimiento de miles de personas ya que quienes tienen la obligación de preocuparse por los demás y buscar mejores condiciones de vida para el prójimo son las autoridades, con la potestad que tienen de preocuparse de mejorar las condiciones de vida en las medida de sus posibilidades, pero también pidió a los feligreses hacer lo mismo.
El apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios 11,23-26 nos acerca explícitamente al motivo de la fiesta que celebramos en este día del Corpus, cuyo título completo es: “Cuerpo y Sangre de Cristo”; fiesta arraigada profundamente en el pueblo de Dios, en Bolivia.
La celebración de Corpus Christi o Cuerpo de Cristo se lleva a cabo 60 días después del Domingo de Pascua y es una de las fiestas de la Iglesia Católica más importantes, está destinada a celebrar la Eucaristía instaurada por Jesús el Jueves Santo en la Última Cena.
El Arzobispo también señaló que se debe recordar la antigua tradición del Pan y el Vino en la última cena del Señor, legada por el apóstol Pablo la que debemos seguir y revivir en nuestra vida, en la iglesia y en medio del pueblo, ya que cada vez que se tome del Vino y se coma del Pan se anuncia la muerte del Señor hasta que Él retorne en la segunda gloriosa venida.
La celebración de la Eucaristía es anunciar la muerte del Señor y revivirla, pero por nosotros, por nuestros pecados, egoísmo, faltas, injusticia y por la manera egoísta de tratar al prójimo y lo que es visto mal por Dios y lo que nos hace daño en nuestras vidas.
El Arzobispo pidió que se cambie a un estilo nuevo de vida reconociendo el amor de Dios que dio su vida por cada uno de nosotros, se debe reconocer esa muerte y el sufrimiento que pasó Jesús para borrar los pecados de la humanidad con una muerte redentora que no se olvida a lo largo de los siglos y que se recuerda con signos como el Pan y el Vino.
“El Pan y el Vino que son alimentos de vida si están consagrados son alimento sagrado con la presencia de Dios mismo en todos los tiempos, lugares y edades de la humanidad, es el mismo que quiere hacerse Pan y Vino para ser alimento de nuestras vidas para darnos fe, consuelo, esperanza, ánimo en la vida y renovarnos para vivir como hijos de Dios”, señaló Abastoflor.
Fuente: La Paz, 3. (ANF).-
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