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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La utopía como sueño y como realidad de un Mundo maravilloso - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La utopía como sueño y como realidad de un Mundo maravilloso
02 oct 2017
Adhemar Ávalos Ortiz
El que pretenda poner un límite al sueño y la realidad está cometiendo un delito de pragmatismo extremo en el campo de las ideas. En el sentido formal, la utopía es "un hecho, y especialmente plan, proyecto, idea, doctrina muy bueno y atractivo, pero imposible de realizar". Para otros, más realistas en la decisión de confrontar a los tendientes a volar por el espacio y tiempo es "una meta que hay que alcanzar, con lo que deja de ser una visión imaginaria para convertirse en un orden futuro posible y realizable". Son explicaciones precarias, dos, que no hablan del verdadero sentido de lo que planteó Tomás Moro en su "isla imaginaria", en su genial libro "Utopía", una construcción de un Mundo bello, donde todos trabajaban y recibían una parte razonable del "bien común". ¿Era bueno? No necesariamente, sino lindo para su época; la gente trabajaba y vivía. Fue la primera idea de una sociedad justa, aunque ingenua en su tiempo, ¿Y en qué época no lo fue? No obstante maravillosa. Owen la determinó con brillantez. Marx profundizó en cosas fundamentales. La tercera visión, por las contradicciones irresolutas de la sociedad capitalista. Y aquí hay que escribir un punto y coma para avanzar en su esencia.
El que dice cosas grandes no debe dejar de soñar, sino su proyecto sería un espécimen tecnocrático y burdo que puede realizarse en la idea de la mediocridad por la que generalmente avanza el Mundo. ¿Y qué es una utopía? Primero, lo que pensó Tomás Moro como una sociedad de comunes, iguales en situación. Segundo, Marx y ?ngels recuperaron el concepto como comunismo, en realidad son lo mismo, ganó el pensamiento, el que no puede y debe ser igual, el que consolidaron en la Revolución, aquella que todo lo purifica, a pesar de su necesaria violencia, pero con el fin de construir una nueva vida, sin odios y en una convivencia civilizada, donde todos tengan lo necesario y hasta lo superfluo a partir del trabajo creador. En esto pensaron los grandes seres humanos desde la antigüedad, empezando por Demócrito y continuando en ?ngels, Marx, Lenin y otros grandes teóricos, políticos y revolucionarios.
Tercero, por esto es necesario leer entre líneas los textos clásicos del marxismo, las cosas no siempre se dicen con claridad, sino que se dan a entender en un espacio de enorme capacidad teórica. El texto leído de manera dogmática no sirve si se quiere comprender los hechos históricos en un nivel superior. En la infinidad de ocasiones los autores ocultan sus ideas e intenciones y lo hacen deliberadamente. Hay que mirarlos a la cara, si se puede, o en todo caso estudiarlos a partir de las rigurosidades de la época, entendiendo que abren posibilidades de procesos posteriores, los que se intuyen o adivinan, pero no se entienden cabalmente por las limitaciones históricas.
Cuarto, la Revolución, o sea la Utopía marxiana, en los términos que se plantean, es un proceso ininterrumpido que se prolonga hasta el infinito, donde el hombre se construye a sí mismo y construye a su vez el comunismo. El hombre comunista no es producto del comunismo, ese hombre se hace comunista construyendo el comunismo. Y en el comunismo hay un principio fundamental: "Cada uno debe producir de acuerdo a sus capacidades y recibir de acuerdo a sus necesidades". Lo dijeron genialmente ?ngels y Rosa Luxemburgo la última con las siguientes palabras: "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres".
Finalmente, la utopía, en su sentido final, no es un objetivo, ni siquiera una meta, se trata de una aproximación a un punto, el que nunca se alcanza, pero te sirve de guía. Los comunistas queremos una mejor sociedad, la que, definitivamente, seguirá siendo imperfecta, no obstante mejor y por esta idea seguiremos luchando. Es un juego de palabras y expectativas dignas. La utopía es el comunismo en su comprensión limitada, la sociedad transitoria, pero la última en su querer infinito, el de las galaxias y estrellas. Así nacimos y así moriremos.
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