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Jueves 28 de septiembre de 2017

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Ecológico Kiswara

Editorial

De botadero a planta de tratamiento de desechos

28 sep 2017

Fuente: LA PATRIA

Recientemente los vecinos de la zona de Huajara, zona Este de la ciudad de Oruro, se quejaron porque no se hace un tratamiento adecuado de la basura, lo que redunda en malos olores, presencia de moscas, canes y aves que revolotean por el lugar convirtiendo el sector en un foco de posibles infecciones y muy desagradable para vivir.

Cuando se construyó el aeropuerto "Juan Mendoza", que se encuentra en las inmediaciones del botadero municipal, las autoridades hicieron la promesa de trasladar el mismo para que se pueda ampliar la pista de aterrizaje. Se buscó un lugar a dónde trasladarlo y financiamiento para llevar a cabo dicha acción.

Sin embargo, en los dos años más recientes se vio más bien la manera de alargar la vida útil del botadero, para lo cual se encararon algunas acciones, se construyó chimeneas para la incineración de alguna basura, se compactaron algunos desechos, se apartó un espacio para los residuos hospitalarios y se hizo un área para la preparación de composta.

Cambió inclusive el director de la Empresa Municipal de Aseo Oruro, EMAO. No obstante, el discurso de que se mejoraría las condiciones de tratamiento de la basura para que no sea un vector contaminante para la población que vive en los alrededores, data del año 2015, y lo paradójico del tema es que en 2016, se seguía prometiendo las mismas mejoras o quizás una o dos más que en la gestión anterior, para evitar que se afecte a la salud de los vecinos al relleno sanitario.

En aquella época ya se habló de que el lugar pasaba de ser un botadero municipal, es decir donde sólo se apila basura, a ser un relleno sanitario, se consiguió maquinaria pesada para que realice el compactado de la basura y que ésta sea enterrada.

Posteriormente, se pasó a hablar de una verdadera planta de tratamiento de residuos, para aprovechar esos desechos como combustibles y librarse del problema que causaban.

Todo aquello, o casi todo, quedó en el simple discurso, pues la planta de tratamiento de residuos sólidos o basura no existe, y las autoridades continúan analizando la manera de prolongar la vida útil del relleno sanitario.

Los vecinos de la zona amenazaron con medidas de presión si no se atiende su pedido de trasladar el relleno o caso contrario hallar otra forma de evitar más contaminación, pues no sólo los olores se tornan desagradables, sino que también es un foco de enfermedades.

Ojala que en 2017 no se siga prometiendo sino que se lleven a la acción todos los proyectos ideados en las anteriores gestiones y se utilice el dinero de manera adecuada para garantizar la salud a la población en su conjunto, y más que todo a quienes viven en inmediaciones del actual relleno, ya que es un derecho fundamental de todo ciudadano. Eso sí, también respetando a la naturaleza y al medio ambiente, es decir, no contaminarlos.

Fuente: LA PATRIA
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