¡Qué envidia de cultura!, me refiero a la actividad cultural de Alemania, que dispone de 5.000 museos, 6.000 presentaciones de opera anuales, un casi número similar de presentaciones de teatro experimental y de diletantes que siempre tienen su oportunidad. En contraposición Alemania dispone de 136 campos de futbol de primera categoría y la asistencia y apoyo de los alemanes hacia ese deporte es determinante para su continuo éxito y categorización. Pese a ello, solo la Pinacoteca de Múnich genera más visitantes que la totalidad de los campos de futbol, sin agravios comparativos.
Naturalmente debe guardarse distancias entre la consolidada y antigua cultura alemana y la de Bolivia, que nos aventaja en siglos de vida como núcleo poblacional organizado, empero, esa realidad no debe restarnos energías para imitar lo bueno. Sería imposible equiparar el presupuesto para cultura que asigna Alemania con el existente en Bolivia, significando que denotan actividad en el país artistas y conocedores del arte muy concentrados en la elevación de la cultura y han hecho de ese propósito un motivo para vivir.
Rescatando esa riqueza intangible que reside en esos espíritus indomables, podría establecerse el Primer Conjunto Estable de Opera Boliviano que pueda ofrecer, para comenzar entre 10 y 12 representaciones de ópera anuales. Todo reside en la iniciativa del Ministerio de Culturas para que asigne un presupuesto para el establecimiento definitivo de este conjunto estable, asignando además esta responsabilidad a personas que han demostrado, pese a la contingencia económica, un profundo conocimiento del teatro, como El pequeño Teatro, cuyo Director está altamente capacitado a acometer este emprendimiento que sería inédito en el país. Las relaciones cercanas que mantiene el Pequeño Teatro con los diferentes artistas de los otros departamentos de Bolivia y del exterior, conforma un haz de los mejores exponentes culturales para crear el primer teatro de ?pera de Bolivia, aunque otrora hayan habido algunos amagos significativos, naturalmente el nombre es una sugerencia simple de este columnista, sujeto a cambio.
Con representaciones cronológicamente determinadas para cada departamento del país, los costos quedarían cubiertos y hasta con un razonable beneficio, pues debe considerarse muy seriamente que existe irrefrenable avidez en todas y cada una de las poblaciones bolivianas para conocer y frecuentar regularmente este género de teatro, máxime si es desarrollado por bolivianos.
En circunstancias de carencia cultural de un género, es determinante la acción del Estado Plurinacional que debería empoderar al Director del Pequeño Teatro a eliminar este vacío; solo es el contacto, el intercambio de opiniones, la conversación positiva y la postrer invitación oficial, además del apoyo, necesarios. El aspecto económico, también sin resquicio de equivocarme, recibirá el apoyo de la empresa privada y, sobre todo, de los bolivianos, pues cuando se dispone de un conjunto propio de ópera, itinerante todos los años, bajo estricta programación, es indudable que cada boliviano se motiva y, motivarse, es vivir distintamente.
(*) Es abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, doctor honoris causa, escritor.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.