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Domingo 24 de septiembre de 2017

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Cultural El Duende

Persona non grata

Una conversación con Hugo Murillo Bénich

24 sep 2017

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Este -para Bolivia- extraño y sencillo autor nacido en Oruro en 1941, es ingeniero, pintor, escritor, profesor de matemáticas, políglota... Vivió algunos años en Europa y ahora lo hace en su retiro orureño. Autor de Paraíso (1990), un libro de cuentos fantásticos, gracias al cual obtuvo el Premio Nacional de Cuento "Franz Tamayo" en

1989. Con "El imperio de Wallallu" (1992), obtuvo el Premio Nacional de Cuento del periódico Presencia. En 1995 su poemario Cánticos impíos (1996), obtuvo el Premio Municipal de Santa Cruz, y con un cuento de ciencia ficción volvió a ganar el premio de Presencia. Es autor de Ovnis y extraterrestres en Los Andes (Oruro, 1991).

CORRE: ¿Qué piensas de la literatura fantástica en Bolivia? ¿Es un terreno inexplorado o poco fecundo?

H.M.: Me parece que en nuestro país el panorama de este género literario se encuentra un tanto desolado. Pero no sé si esto se debe a la poca información que poseo, a la falta de cazadores de unicornios, o a la aplastante realidad que nos obliga a ocuparnos de asuntos más urgentes y terrenales.

CORRE: ¿Existen límites en el cuento fantástico? Por ejemplo los cuentos de aparecidos dentro de la tradición oral, ¿forman parte de la literatura fantástica?

H. M.: La existencia de por lo menos un elemento no real en el contexto del relato y que sea imposible de ser explicado por las leyes naturales conocidas es crucial para establecer el carácter y los límites de la literatura fantástica. Por lo tanto los cuentos de aparecidos, vampiros, súcubos, íncubos y demás larvas deben ser considerados de este género.

CORRE: ¿Existen algunas condiciones en un escritor para escribir literatura fantástica? ¿Cuáles?

HM.: No creo que sea necesaria ninguna condición especial para que un escritor pueda incursionar exitosamente en este terreno. Es más, estoy seguro de que cualquier persona que sienta la necesidad de escribir y fantasear ya está lo suficientemente armada como para seguir las huellas de una quimera. ¿Quién de nosotros no sueña alguna vez con algo imposible?

CORRE: ¿Según tu gusto, puedes hablamos de alguna obra o autor ejemplar de literatura fantástica en Bolivia, y en la literatura universal?

H.M.: Es pertinente recordar una leyenda quechua que se remonta a la época precolombina. Se trata de la historia del Dios Kuniraya y el Inca Wayna Kapac, tal como aparece en el códice escrito por el presbítero Francisco de Ávila, y según la cual a instancias del Dios un emisario del inca viaja desde el lago Titicaca hasta los cimientos de la Tierra para traer un cofre obsequiado a su soberano. Pero poco antes de completar su cometido, vencido por la curiosidad el emisario abre el cofre y ve en su interior a una joven rubia, la que desaparece de inmediato. El emisario no es castigado y repite el viaje, esta vez con éxito. Ahora, al abrir el cofre, el Inca ve a la joven -no falta el gran resplandor-, queda prendado de su belleza y decide irse a vivir a otro Mundo con ella. A su vez, el Dios se desplaza a un Tercer Mundo. El imperio no resulta afectado, pues antes de partir el Inca ordena que su vasallo y pariente suyo -un sosias sin duda- le reemplace en el Cuzco.

Esa es la leyenda. Ahora hagamos un par de preguntas utilizando terminología "moderna". ¿Es el cofre una especie de televisor, un transmisor de materia?, ¿se puede hablar de mundos paralelos, que según algunos físicos contemporáneos estarían conectados por productos microscópicos cuánticos?

Y ya que estamos hablando de los mundos paralelos, recordemos el vivaz y fluido cuento "Algo brillante", de Zenna Henderson: Anna, una niña de once años, va a dormir unas noches a la casa de la señora Klevity, una rara vecina que teme quedarse sola en las noches mientras dura la ausencia de su esposo. En ese lapso, la mujer está buscando afanosamente algo en el interior de la casa. Como sus intentos resultan infructuosos, ella pide a Anna que le ayude a encontrar ese algo innombrable. Hasta que la niña lo encuentra debajo de una cama: es una ventana recortada en el suelo y desde la cual se ve una escena callejera con gente brillante produciendo sonidos argentinos. Al enterarse del hallazgo, la mujer no duda un instante, deja un mensaje para su esposo y se zambulle a través de la ventana. El señor Klevity irrumpe oportunamente, lee el mensaje y se lanza por la abertura en pos de la mujer. Anna los ve por última vez reuniéndose con sus congéneres abajo, muy lejos, antes de que la ventana se cierre definitivamente.

CORRE: ¿Te consideras dentro de una tradición literaria boliviana o extranjera? ¿Cuál?

H.M.: En estos tiempos de la globalización -la cual me parece que comenzó con los viajes de Marco Polo y la extraordinaria expedición del inca Tupac Yupanqui por las aguas del Océano pacífico y su regreso acompañado de hombres de piel negra- y del Internet -parte de una larga historia que comenzó con Tales de Mileto y la piedra imán- prefiero no hablar de tal asunto.

CORRE: Teniendo varias ocupaciones y modos de expresión, ¿cuál es el papel de la literatura en tu vida?

H.M.: En un momento dado se me ocurrió pensar en la literatura como una simulación -en forma paralela a las simulaciones que se usan en la técnica, las matemáticas y las ciencias en general-, es decir, como un modelo que imita hasta cierto punto una parte de la realidad y que puede conducir a determinados resultados cuando se lo aplica a una serie de variables, estados o sistemas. Con esta premisa creo que puedo decir más fácil y exactamente que la fascinación emanada de la literatura -al menos en lo que a mí concierne- estriba en su poder para actuar sobre las funciones afectivas, intelectuales y psicológicas de una persona, llevándola de un estado a otro diferente y quizá más evolucionado.

CORRE: ¿Qué atracción generan los OVNIS en tu obra?

H.M.: La misma que las apariciones, los misterios de la cámara cerrada, las máquinas del tiempo (H.G. Wells), el moderno Prometeo (Mary Shelley), los espectros (Shakespeare), el descenso a los infiernos (Homero), las metamorfosis (Kafka), las vueltas de la tuerca (Henry James), los viajes de la estrella Sirio al planeta Saturno

(Voltaire), o sea la atracción por lo insólito, lo inexplicable, lo FANTÁSTICO...

CORRE: Nombra tres autores de cuentos bolivianos que consideras importantes.

H.M.: Antonio Paredes-Candia, Manuel Vargas...

CORRE: El título de un cuento boliviano que más te gusta, te golpea, te...

H.M.: "Kuniraya y el Inca Wayna Kapac".

De: Correveydile.

Revista boliviana de cuento Nº 8 - 1998.

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