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Domingo 24 de septiembre de 2017

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Mundo - Internacional

Mélenchon desafía a Macron con un "pulso social" de protestas en cadena

24 sep 2017

Fuente: París, 23 (EFE).-

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El líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, amenazó hoy (ayer) al presidente, Emmanuel Macron, en una manifestación con decenas de miles de personas, con echarle un "pulso social" mediante una sucesión de acciones de protesta contra la reforma laboral y el resto de sus políticas.

"La batalla no ha terminado. Empieza", subrayó Mélenchon en un discurso al término del desfile en el que, según su propio relato, participaron 150.000 personas (la policía rebajó la cifra a 30.000) contra lo que llamó "el golpe de Estado social de Emmanuel Macron", que fue la diana de todos sus ataques.

Denunció "el método de la brutalidad" utilizado para la reforma laboral, es decir, la adopción por el procedimiento del decreto ley que ha permitido su entrada en vigor inmediata -hoy (ayer) se publicó en el Diario Oficial- en espera de la tramitación parlamentaria, que está prevista después del 20 de noviembre.

Advirtió de que cuando empiece esa tramitación en el Parlamento se preparará "una acción fuerte" en la que dijo que deben participar los sindicatos y sugirió la idea de una nueva manifestación en la avenida de los Campos Elíseos con "un millón de personas".

De aquí a entonces, convocó a sus seguidores a que el próximo sábado participen en caceroladas por todo el país, y a que se impliquen en otras movilizaciones que ya se han anunciado, como la huelga a partir del lunes de algunas centrales de camioneros que han prometido bloquear depósitos de carburante. El líder de Francia Insumisa quiso con esta marcha marcar un punto suplementario en su objetivo de aparecer como el líder de la oposición gracias a esta convocatoria propia, de carácter más político que las de los sindicatos.

Las manifestaciones sindicales del pasado jueves contra la reforma laboral, encabezadas por la Confederación General del Trabajo (CGT) -con la que Mélenchon mantiene una forma de rivalidad-, dieron signos de desinflarse respecto a la primera jornada de huelgas y manifestaciones del día 12.

Mélenchon se ensañó con Macron por unas polémicas declaraciones hace una decena de días en las que había calificado de "vagos" a los que se oponían a sus reformas y le replicó que "nunca antes nadie había tratado así al pueblo francés".

También aludió a otras en las que el presidente decía que la democracia no es la calle: "siempre es la calle la que eleva las aspiraciones del pueblo francés cuando no puede hacerse escuchar de otra manera".

En su tono grandilocuente, Mélenchon advirtió de que lo que hay detrás de las reformas del presidente es "la batalla de Francia. Los liberales quieren atacar la sanidad, la vivienda, la educación" o "el derecho a la jubilación".

Por eso "hay que precipitar toda la fuerza de nuestro pueblo en la batalla y en las calles", argumentó.

La manifestación de hoy (ayer) discurrió entre la plaza de la Bastilla y la de la República sin incidentes destacables en una tarde soleada y agradable, con una proclama que dominó sobre las demás: "¡Resistencia!".

Los mensajes de crítica no se limitaron a los cinco decretos ley que flexibilizan el mercado laboral -y que están en línea directa con las promesas de campaña de Macron para dar más margen de acción a la negociación en el interior de las empresas- en detrimento de la legislación y de los convenios sectoriales.

Otra de las disposiciones más polémicas es la fijación de un mínimo y, sobre todo, un máximo en las indemnizaciones por despido improcedente, que pone coto a la incertidumbre que tenían las empresas ya que los jueces podían hasta ahora fijar el monto con libertad.

En las pancartas de la marcha de esta tarde también se hacía alusión, por ejemplo, a la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Canadá (CETA), al que Mélenchon reprochó que "da la posibilidad a las multinacionales de no responder de sus actos ante los tribunales de los Estados donde ejercen", sino en tribunales de arbitraje.

Es una prueba, a su parecer, de que "el capitalismo de nuestra época es el primer enemigo de la democracia".

Fuente: París, 23 (EFE).-
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