El tono del comunicado emitido en la vÃspera de la firma de la ley que abre ese espacio al avance de los ganaderos, desde el norte, y de los cocaleros, desde el sur, no es casual. Es muy difÃcil creer que fue motivado por el Bien Común o para favorecer a los más vulnerables, como se supone debe actuar el Sistema de Naciones Unidas; para ello lo crearon los estados miembros.
Lo más grave no son las palabras, sino que la ONU en Bolivia ha perdido la posibilidad de mediar en conflictos o de encabezar una cruzada anticorrupción, como hace en Guatemala. Varias veces hemos señalado el lamentable rol del representante de la oficina de Derechos Humanos que resumió en cuatro lÃneas la represión en Chaparina en el mismo informe de alabanzas a la elección judicial.
En la otra punta está el neocolonialismo más triste, Pedro Vare es un ejemplo, antiguo marchista y súbitamente defensor de "que lleguen los caminos, los proyectos productivos, la salud, la educación". Una vez más los colonizadores, ahora cobrizos interculturales, llegan con sus espejitos de colores, sus collares y coronitas.
La historia los juzgará y recordará sus nombres y sus roles.
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