Eficacia en la justicia

Todos los ciudadanos, humildes y los que no lo son, ansían cuando se encuentran entrabados en un contencioso jurídico que la eficacia imponga su precepto que reza: "es la conciencia moral añadida a la interpretación correcta de las leyes que genere en los litigantes, vencedores y vencidos, la honesta sensación de que se ha impartido justicia, en el menor tiempo posible"; definición modificada por el columnista.

Particularmente, necesitamos estipular que un objetivo bien definido explicita lo que se busca generar, incluyendo la calidad de lo que se propone. Asimismo, un objetivo debe delimitar el tiempo en que se espera generar un determinado efecto o producto. Por tanto, una iniciativa resulta eficaz si cumple los objetivos esperados en el tiempo previsto y con la calidad esperada.

El espectro de una justicia mal impartida por carencia de formación es una asignatura no absuelta todavía por el Estado, que debe propugnar a la aplicación de un derecho actualizado con operadores formados profundamente en el ámbito jurídico y sujetos a evaluaciones periódicas y exigentes, sigue persiguiendo implacablemente a los litigantes, cuando debería ser la impresión contraria, es decir, que todo ciudadano acuda a la justicia como un paraguas de protección y confiabilidad con la aplicación correcta e intelectiva de las leyes. Como se repite constantemente " me situó en derecho", pero tal situación es lírica cuando se sigue con las prácticas corruptas como las interminables dilaciones, los incidentes sin necesidad y la consideración del caso por el juez eludiendo el fondo de la causa, que naturalmente es la parte más difícil que debe acometer un juez, para ello debe investir un verdadero apostolado de la profesión, que significa estudiar, estudiar y estudiar.

Por tanto, la especificación de objetivos que se utilizarán para analizar y juzgar la eficacia necesariamente debe explicitar la calidad esperada y el tiempo previsto para lo que se propone lograr.

Cabe destacar que la eficacia contempla el cumplimiento de objetivos, sin importar el costo o el uso de recursos. Aquí en la justicia boliviana no se trata de salarios insuficientes, pues los jueces reciben una compensación segura todos meses, que supera con distancia el común de los ingresos para vivir decentemente con su familia, además de cotizar para su jubilación con un monto expectable. Se trata de recursos de la intelección y la responsabilidad de utilizarlos, pues todos los jueces saben que las leyes de todo el mundo son abstractas y el deber de todo juez probo y honesto es transformarlas en concreta, y esto exige un trabajo intelectual de muchas horas. Lo hacen en cada expediente, simplemente basta un repaso a las sentencias.

Muchos estimados lectores querrán conocer las diferencias entre eficiencia y eficacia, y la eficacia difiere de la eficiencia en el sentido que la eficiencia hace referencia en la mejor utilización de los recursos, en tanto que la eficacia hace referencia en la capacidad para alcanzar un objetivo aunque en el proceso no se haya hecho el mejor uso de los recursos, es decir, no importa si fuimos eficientes en el proceso llevado a cabo para alcanzar el objetivo y ser eficaces, pero en todo ello se olvida la acción del tiempo, por lo que es mejor ser eficaz en el menor tiempo posible que eficiente gastando ingentes cantidades de recursos.

(*) Abogado, posgrado en Conciliación y Arbitraje, Interculturalidad y Educación Superior, doctor honoris causa, docente, escritor.