La Agenda 21F

Por su etimología, la palabra agenda implica una acción plural, algo así como "una lista de acciones que debemos ejecutar". Se agenda aquello que queremos conseguir y por eso es una palabra que solo tiene sentido en función del futuro. Nadie tiene una agenda para anotar el pasado; lo que pasó, se registra como historia. Sólo lo que pretendemos construir en el futuro se "agenda".

En clave de agenda se pueden leer muchos proyectos de futuro que hemos trazado los bolivianos, incluso antes de habernos imaginado como nación; desde Murillo y los hermanos Lanza, cuya proclama fue la primera gran agenda de la patria, para superar el silencio y la inacción (asuntos parecidos a la estupidez) y pasar a la lucha contra el autoritarismo colonial.

El auténtico problema para los bolivianos y la Bolivia democrática empieza cuando el masismo, una vez cumplida la Agenda de Octubre (la nacionalización, la Constituyente y los programas sociales) se inventa nuevas agendas, como la "Agenda Patriótica 2025". Con la diferencia fundamental de que la "Agenda de Octubre" nació desde la sociedad y sus luchas; en cambio la "Agenda Patriótica 2025" nace de la burocracia masista, como coartada para aferrarse al poder, de ahí el atropello a los indígenas de tierras bajas, su agresión al mediombiente y su pacto con las burguesías agropecuarias y el de poder empresarial. La "Agenda Patriótica 2025" es un listado de acciones desarrollistas y su horizonte estratégico es simplemente mantener a Evo en el poder.

El 21 de febrero de 2016, se cancela la legitimidad del poder masista más allá del 2020. La mayoría de bolivianos le dijeron NO a la posibilidad de un periodo más de gobierno para Evo Morales y su partido. Pero como insistentemente el masismo ha buscado argumentos para desconocer ese mandato popular, entonces la ciudadanía y las estructuras sociales y partidarias que se alinean con la democracia empezaron a activar acciones post 21F, para resistir esta embestida totalitaria del MAS, proponiendo una serie de acciones para recuperar la calidad de la democracia y evitar el desplome del modelo masista a una realidad parecida a la venezolana.

Formalmente, la Agenda 21F es un programa de un posible nuevo gobierno, incluye 8 grandes plataformas para salir del régimen masista hacia una reconquista (otra vez) de una democracia con separación de poderes, con justicia independiente, con autonomías, con cambio de matriz energética y con nuevas reglas de participación política y electoral. Pero su legítima pertinencia, su verdadera "razón histórica" no está en esos planteamientos perfectibles y hasta rebatibles; no, su fortaleza está en el sentido mismo de la agenda, en su primera parte, en su exposición principista: es una agenda para frenar el autoritarismo del MAS y los sueños de Evo Morales de seguir en el poder cuando ya los bolivianos le dijeron NO.

La democracia no se define tanto por ser un modelo que permite la participación, las elecciones y el voto. El voto puede ser usado por un tirano, Hitler fue elegido por voto y los cubanos votan cada cierto tiempo a los candidatos que digita el Comité Central. El sentido más trascendente de la democracia es aquel que nace de la idea de que todo poder tiene límites, por eso somos herederos de la democracia griega. Los griegos no elegían autoridades por voto, sino por sorteo. Lo auténticamente novedoso de su modelo político (la democracia) fue la noción de que nadie puede tener poder ilimitado, nadie puede ser primus inter pares (primero entre iguales).

La fuerza de la Agenda 21F es entonces su insistencia en defender la calidad de la democracia boliviana y no tanto la proyección del programa de gestión de un nuevo régimen de gobierno, que, como dije, es opinable y podría llevar al equívoco estratégico de que se hegemonice el debate en torno a esos puntos y se pase por alto el principio que compartimos mayoritariamente los bolivianos: Evo Morales no tiene ninguna posibilidad legal ni ninguna legitimidad para continuar en el ejercicio de gobierno más allá del 2020. Esa es la única gran certeza de la Agenda 21F y en torno a ella es posible activar a la ciudadanía.

(*) Abogada, docente investigadora en distintas universidades del país y máster en Derecho Ambiental.