El título de ésta columna es viejo. Tiene más de cinco años: siempre se insistió que se debe salvar y en lo posible recuperar -contablemente- el petróleo venezolano.
Lo grave de esto es que existen intereses de otros países fuera del Hemisferio, que pretenden otorgar créditos fáciles al régimen de Maduro, para acceder y tratar de controlar una de las mayores reservas de petróleo del continente y de la OPEP. De manera que el despilfarro de hoy hipoteca mañana, por así decirlo, a las generaciones futuras de venezolanos y latinoamericanos. Venezuela -según datos muy conservadores- tendría bajo su superficie las mayores reservas petroleras probadas del mundo (entre 300.000 - 400.000 millones de barriles). Un botín para cualquier estado-pirada más aún si se tiene un régimen irresponsable, como el chavista, a cargo de tal riqueza.
Aunque el crudo venezolano es "pesado", de menor calidad que el producido en Arabia, por tanto más costoso de producir, puede ser mezclado y refinado con petróleo ligero para poder ser acomodado a mercados como el norteamericano.
En 2016 Venezuela percibió $us 48.000 millones por venta de 2,7 millones barriles por día (bpd).
La caída de la producción es notoria por ausencia de estabilidad política, poca inversión privada y tecnología desfasada.
Obviamente la oscuridad de los regímenes autoritarios hace que todos los números y cifras caigan siempre en desconfianza de investigadores.
Si confiamos en los datos que circulan, la estatal petrolera venezolana Pdvsa, produce 1,9 millones bpd, cifra infinitamente inferior a lo que producía en 2015 cuando vendió $us 72.000 millones y 2,65 millones bpd.
40% de esa producción (cerca de 760.000 bpd) son vendidos al "imperio" (Estados Unidos) que tanto odia el régimen de Maduro y el resto es para pagar avances de "cash" otorgados por China y Rusia. La agencia "Reuters" calcula que Rusia le prestó a Venezuela un total de aproximadamente $us 17.000 millones desde 2006 a cambio de contratos de construcción de carreteras, extracción de petróleo y suministro de armamento.
Otro "buen comprador" es Cuba que le encanta el petróleo barato de Venezuela. Esa situación fue absolutamente negativa contra los estados financieros venezolanos y adicionalmente permitieron -hasta hoy- el sostenimiento del régimen de los Castro. No olvidemos que la situación económica cubana es poco menos que desastrosa. Basta conversar con los de la isla o con los que escaparon de ella para saber, con precisión, que la ausencia de alimentos y medicamentos no cabalmente configura un estado moderno y democrático. Sin el petróleo venezolano cuba fuera hoy un estado medieval.
En ese panorama Venezuela es el principal, por no decir el único "socio comercial", si puede llamarse sociedad a una sociedad absolutamente asimétrica y atípica en donde un socio pone petróleo y el otro unos médicos de dudosa profesionalidad.
La recesión cubana puede parecerse como cuando cayó la Unión Soviética que prácticamente regalaba combustible a la Isla. Rusia y Argelia siguen vendiendo, de todas formas petróleo y derivados a Cuba para compensar la caída de las importaciones de crudo venezolano.
Cuando haya democracia tanto en Cuba como en Venezuela, se deben hacer los números y las cuentas claras de todo el petróleo subvencionado y a precio de gallina muerta que recibieron los Castro. Inclusive en algún momento Cuba revendía petróleo venezolano adquirido a precio preferencial y lo revendía a precio comercial a terceros países. Esas distorsiones en la "sociedad" deben corregirse con el mejor ánimo de salvar en algo las finanzas de Venezuela que tienen, a no dudarlo, saldo a favor en esa "relación" con Cuba.
(Continuará)
@BorisSGomezU
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