De esta manera, actuaron como motores de calor, es decir que desataron un proceso de transferencia de calor desde la superficie oceánica hacia la atmósfera, por medio de la evaporación. Igualmente, refrescaron los mares por un fenómeno llamado el upwelling o afloramiento del agua frÃa profunda. Eso sucede por el efecto de succión que genera la baja de presión de la tormenta.
Entonces, el mayor bien que producen los huracanes, y en este momento Irma, es que contribuyen a enfriar al planeta y disminuir un poco los terribles efectos del calentamiento global. Por eso es bastante probable que con el tiempo comiencen a aparecer más y más huracanes, pues son uno de los mecanismos de la naturaleza para protegerse del efecto invernadero que inquietantemente calienta a la Tierra.
Y, sorprendentemente, los mayores beneficiados por este proceso natural son los corales. El calentamiento global tiene muchos efectos: el deshielo de los glaciares y los polos, el aumento del nivel del mar, el crecimiento de las precipitaciones, la muerte de animales polares.
Pero hay un efecto especialmente devastador que poco conoce la mayorÃa de la gente, y que podrÃa terminar en la extinción de millones de animales marinos: el blanqueamiento de los corales.
El mayor problema es que no solo se blanquean, sino que esta decoloración hace que pierdan sus nutrientes, lo que lamentablemente termina llevándolos a la muerte.
El coral no es una planta marina, en realidad es un animal que unido a otros forma un ecosistema que acoge a cientos de especies.
Otro beneficio de los huracanes, ya no sobre el oceáno sino cuando tocan tierra, es que sus lluvias torrenciales aumentan el caudal de los rÃos. Esto, aunque a veces puede resultar muy devastador en las ciudades, contribuye a que crezca la corriente fluvial y asà se limpie la basura producida por la actividad humana que se ha quedado acumulada en los cauces.
Además, permiten que se renueven las aguas subterráneas y que las zonas donde habÃa agua estancada -una peligrosa productora de mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya- se limpien y fluyan.
En suma, es cierto que los huracanes son vistos como desastres naturales. Sin embargo, poco se sabe de los procesos que tiene la naturaleza para mantener su balance, sobre todo ante el impacto masivo del paso del hombre. Los huracanes son devastadores, pero la actividad humana lo es aún más.
Fuente: Semana 35
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