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Domingo 17 de septiembre de 2017

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Revista Dominical

Fue un milagro

De vuelta a la vida

17 sep 2017

Solo Dios sabe cuándo partiremos de este mundo � Por: Dehymar Antezana - Periodista

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"Me veía envuelta en sábanas blancas y caminaba por un sendero también de sábanas blancas, no sabía a dónde iba. Seguía avanzando lentamente, pero desperté de golpe y me vi recostada en una habitación, era la cama número 1 de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital General", relató recordando como si todo hubiese sido un sueño Karina Ãlvarez (nombre ficticio).

Antes de llegar al hospital, ella esperaba una bebé; como toda madre joven y primeriza tenía la ilusión de ver a su retoño. En su mente programó su vida decorada en medio de ensueños y realidades.

Sin embargo, nunca pensó que toda esa felicidad oculta en el corazón cambiaría por completo y pasaría por las pruebas más duras que el destino le delegara.

Antes de cumplir los nueve meses de gestación y por problemas con la pareja que la afectaron en demasía, el nacimiento se adelantó y la joven mujer tuvo que ser atendida de emergencia, para ello se le practicó una cesárea.

La niña fue llevada a una incubadora, fue en ese momento que se detectó un primer problema, sus pulmones no terminaron de desarrollar, motivo por el cual se hizo todo lo posible por salvarla. Pero, vanos fueron todos los esfuerzos porque la pequeña llegó a la diestra de Dios Padre antes de lo esperado por su madre.

Fue un golpe duro que tuvo que soportar y más castigada en la cama de un centro de salud, en la que otras madres estaban felices junto a sus recién nacidos.

SALUD

Con la tristeza clavada en el pecho fue dada de alta y en su mente perduraba la idea de tener en sus brazos a su pequeña, con quien se encariñó desde que empezó a sentir sus latidos.

Debía ser fuerte para superar ese castigo y así lo hizo, sin embargo, cuando más intentaba ser fuerte, nuevamente su destino estaría escrito con letras negras de frustración, su salud comenzó a decaer, minuto que pasaba era trágico, ya que parecía que había comprado un pasaje directo al destino, llamado muerte.

Su familia se alarmó y tuvo que volver a un centro médico, esta vez al Hospital General "San Juan de Dios" de la ciudad de Oruro. Internada en una sala común los médicos evaluaban su estado que no era nada alentador. Aquella situación obligó al personal de salud de llevarla hasta la Unidad de Terapia Intensiva.

Su situación era crítica, había contraído una infección debido a la mala práctica de la cesárea, porque en su organismo se quedó un pedazo de la placenta, situación que prácticamente la tenía condenada al "cadalso".

Postrada en cama, entubada y con el máximo cuidado posible, las esperanzas eran casi nulas de que vuelva a la vida, los médicos prácticamente la habían desahuciado debido a la gravedad de su estado. Su familia estaba alarmada y no podían creer en el pronóstico, motivo por el cual se aferraron a Dios con la finalidad de que haga el milagro y retorne todo a la normalidad.

Para ello, se prepararon oraciones no solo en Oruro, sino también en otras ciudades del país, otros parientes organizaron ayunos, solo para pedir por su salud. Mientras aquello acontecía sucederían algunos hechos difíciles de entender en aquella habitación de Terapia Intensiva.

Eran solo cuestión de horas y todo parecía tener un viaje sin final. Por su parte, los médicos analizaban una serie de opciones, con la única finalidad de salvarle la vida, pero prácticamente la desesperanza era el común denominador.

El 25 de agosto la mamá de Karina llevó a un pastor de su iglesia a aquella sala, oró por ella. Hasta ese momento todo parecía rutinario, pero se mantenía la fe. El mismo día la intervinieron quirúrgicamente para quitarle esos residuos y darle una esperanza de vida.

Mientras tanto, ella estaba postrada en cama y en un estado, como si estaría en el "limbo", escuchaba lo que hablaban sus visitas. Ella, pese a todo, se aferraba a la vida porque quería seguir viviendo, quería tener una oportunidad más para ver el mundo y luchar contra la adversidad.

EL MILAGRO

Llegó el domingo 27 de agosto y algo extraño sucedería en aquella sala, recibió la visita de cuatro personas, algo inusual para ese tipo de situaciones, porque consultando al personal de Terapia Intensiva, señaló que todas las personas que ingresan a ese sitio, deben vestir unas batas que se les presta en la antesala de las habitaciones y máximo pueden visitar a los pacientes dos personas y hasta tres, pero solo con la aquiescencia de la familia.

Extrañamente, esas cuatro personas no estaban vestidas con bata, según ella recuerda. Dos eran varones y dos mujeres, una de ellas parecía ser de pollera. Rodearon la cama y comenzaron a rezar por ella, la mujer con una verba fluida leyó un versículo de la Biblia, que dejaba un mensaje de esperanza y de una segunda oportunidad.

Luego de aquel acontecimiento, las personas desaparecieron, pero antes de ello, le dejaron dos manzanas y aquel aspecto también es raro, porque es en la única sala del hospital donde no se permite dejar alimentos sólidos, porque los pacientes reciben la alimentación mediante otro sistema.

Más tarde arribó a la habitación la mamá de la paciente, quien también se sorprendió por lo acontecido. Y fue en ese momento que ocurrió el milagro�

Cuando ella caminaba por ese pasillo de sábanas blancas era cuando la operaban, después despertó abruptamente y volvió a la vida. La sorpresa fue también para el personal de salud, que prácticamente no veía esperanza en su restablecimiento.

Abrió los ojos, el ser volvió donde debía estar y una nueva puerta le permitiría establecer el horizonte por el cual tanto se estaba peleando.

A partir de ese momento, su recuperación fue rápida y en pocos días logró ser dada de alta para volver a la vida, con nuevos objetivos, más fortalecida y con ganas de luchar, pero sobre todo de vivir con mayor intensidad.

El personal de salud se vio satisfecho por lo sucedido, ya que si bien en determinados momentos no había aliento para salvarla, se hizo hasta el más mínimo esfuerzo para lograr aquel objetivo.

Pero también recuerdan que no es el primer milagro que ocurre allí. Hace poco, quizá un par de meses había un adolescente de 14 años internado y también desahuciado a consecuencia de un hecho de tránsito que sufrió. Milagrosamente se repuso y volvió a la vida, como lo hizo Karina. Ahora él camina e incluso retornó caminando para sus controles de rutina.

Otro hecho que llama la atención de médicos y enfermeras es que casi constantemente se escuchan pasos y los equipos se activan misteriosamente entre las dos y tres de la madrugada. Se escuchan pisadas y la presencia de un ser no terrenal.

(Basado en un hecho real)

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