Tuve la fortuna de conocer uno durante mi infancia, vivà en una casona de 6 patios que terminaban siendo seis pisos hacia abajo, con pequeños cuartitos y departamentos distribuidos a lo largo de esa propiedad donde diferentes tipos de familias habitaban y cohabitaban entre ellos de forma armoniosa y belicosa dependiendo de la circunstancia, pero donde sobre todo siempre hubo una buena vecindad.
Pero las buenas noticias no terminaban ahÃ, a la buena convivencia de esa enorme casa complementaba perfectamente un barrio, el tÃpico barrio de clase media, media baja, que fueron forjando la zona Noreste de la ciudad de La Paz.
Una cuadra entera de la avenida Tejada Sorzano entre las calles Guatemala y San Salvador me cobijaron a mà y a unas 500 personas más, entre las cuales durante unos 9 años conocà la bendición de tener un lugar donde no solo vivir, sino aprender a hacerlo de la manera más maravillosa.
Seguramente que en lo que a mà correspondÃa, vivà toda esta temporada de mi infancia y pre adolescencia acompañado por unos 15 contemporáneos entre chicos y chicas, y entre todos nosotros hicimos de este barrio una experiencia de vida inolvidable.
Pero sin lugar a dudas, el rey de los juegos y deportes para todos fue el fútbol y noche a noche, corrÃamos de un lado al otro de la acera pateando tejetas y bolas hechas de trapo que servÃan para jugarnos generalmente las fichitas del álbum de moda o una vuelta más en la bici comunal.
Alguna vez uno de nosotros habÃa pedido una pelota de fútbol para Navidad, y de cuando en cuando tenÃamos el placer de jugar con una bola de verdad, pero era en esas ocasiones cuando ciertas discordias aparecÃan y una situación especial se hacÃa presente. Resulta que el dueño de la pelota, no querÃa salir si le tocaba salir y cuando no habÃa otra terminaba amenazando a todos, o juego, o me llevo mi pelota.
La institución del verde olivo, no necesita que alguien la defienda de esa manera, su prestigio y pundonor se lo ha ganado a brazo partido y, pese a grandes fallas y a muchos episodios negros sobre todo de corrupción que han dañado su imagen alguna vez, su historial tiene de sobra para equilibrar la balanza a su favor y sacar ganancias.
Sin embargo, el caso EuroChronos es distinto, las circunstancias diferentes, acá no debe defender a la PolicÃa con espÃritu de cuerpo sino que aparte de hacer un acto de conciencia y emplear los medios audiovisuales para que la verdad salga a la luz, debe aprovechar este triste episodio para un análisis profundo de su realidad, en especial en lo referido a su preparación y dotación de parque.
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