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Jueves 14 de septiembre de 2017

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Ecológico Kiswara

Editorial

Embovedado del Tagarete puede ser una realidad

14 sep 2017

Fuente: LA PATRIA

El canal Tagarete, antes era un río de aguas cristalinas, pero debido a la contaminación de sus aguas ha quedado sólo un curso de agua sucia y hedionda, que arrastra hacia el lago Uru Uru desde aguas ácidas que provienen de la mina San José hasta basura de todo tipo, bolsas plásticas, envases desechables, y hasta desechos orgánicos.

Se abrió la posibilidad de embovedar sus aguas, para que, en primer lugar este canal no divida la urbe en dos partes, luego, evitar que siga siendo un foco de contaminación que signifique infecciones para la población, pues la CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, comprometió un financiamiento del 50 por ciento de un monto aproximado a los 88,7 millones de bolivianos. Sin embargo, el ente financiador puso como condición que las aguas ácidas de la mina San José sean tratadas antes de vaciarse en el canal, pues los desechos minerales pueden corroer el embovedado haciendo que la obra dure poco tiempo.

No obstante, ese no sería el único problema que conlleve el no tratar las aguas ácidas de San José, sino que el canal, aunque esté embovedado seguiría desembocando en el lago Uru Uru contaminando el espejo de agua que significa para los pobladores de los alrededores un medio de vida por la pesca que se realiza en dicho humedal.

El problema que se presenta con el requisito a cumplir para que la CAF desembolse recursos para embovedar el Tagarete es que la planta de tratamiento, emplazada en el nivel -340 de la mina no está en funcionamiento, por lo que se tiene que conseguir recursos para su reparación antes de pensar en la construcción del canal cerrado.

Los parlamentarios orureños trabajan en una ley declarativa, que convierta la construcción del canal embovedado en prioridad nacional, de manera que se colabore desde el Gobierno central en subsanar los obstáculos para la realización de la obra de ingeniería y se lleve a buen término su edificación.

Siendo una obra largamente anhelada, los vecinos de Oruro, agradecerán cualquier esfuerzo que se haga por ver realizada dicha construcción, pues la gente que vive a orillas del canal tiene que soportar malos olores y contaminación que pone en peligro su salud.

Se espera que, sin embargo, las autoridades no se olviden del lago Uru Uru y tengan el cuidado de no embovedar aguas contaminadas que seguirán alimentando el espejo de agua de ese humedal, que en algún momento se pensó que podía ser inclusive la salvación del lago Poopó, más grande en extensión y en volumen, pero que sufrió una sequía que convirtió su lado sur en un salar.

Fuente: LA PATRIA
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