Miercoles 13 de septiembre de 2017
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En Europa que consideramos como el 谩mbito geogr谩fico de vida que constantemente acent煤a su progreso tambi茅n se presenta la inercia y el conformismo a las leyes de protecci贸n a las mujeres en el horroroso y degradante, para nosotros hombres, tema del abuso sexual, agresiones sexuales, violaci贸n y feminicidio, empero, reaccionan r谩pidamente.
Bajo la premisa que se debe escuchar con m谩xima atenci贸n cuando una mujer dice no, que significa definitivamente No. El escuchar bien un no y aceptarlos es determinante para no ingresar en la vida de la ilicitud y la desestructuraci贸n de la propia vida, cambi谩ndola por vivir sin libertad, es decir, recluido en una prisi贸n. Las leyes se modifican en Alemania, para que esta simple y contundente determinaci贸n de voluntad de la mujer, sea suficiente para condenar irremisiblemente al agresor sexual sin mayor dilaci贸n, tr谩mite engorroso o las infaltables interpretaciones l铆ricas sin fundamento de los malos abogados defensores. Lo expuesto es precisamente lo que debemos incorporar en nuestras leyes de protecci贸n a la mujer.
Esta modificaci贸n legislativa del pa铆s germano est谩 lejos de aproximarse a nuestro ordenamiento jur铆dico, pese a que las autoridades judiciales disponen de leyes actualizadas pero no las implementan efectivamente para sentar el necesario precedente y arbitrar estos casos, que se incrementan d铆a a d铆a, con criterio jur铆dico moderno, en forma acelerada y con penas establecidas que no admiten sustituci贸n, menos arreglos bajo el tapete, pues juez, defensor e involucrados van a la c谩rcel.
