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Domingo 10 de septiembre de 2017

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Cultural El Duende

Eliodoro Aillón Terán o el esplendor de la poesía combativa

10 sep 2017

Luis Urquieta

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RAUDAS REFERENCIAS

Nacido en Sucre el 16 de marzo de 1930, Eliodoro Aillón Terán forjó su temple desde la infancia, luchando para sobreponerse a los infortunios signados por la pobreza. Apenas salido del colegio, apuntó la abogacía en la Universidad San Francisco Xavier, pero pronto incursionó en las letras: trabajando en la prensa para subsistir y haciendo poesía para combatir.

Fue ganador en 1953 de los Juegos Florales convocados por la Escuela Nacional de Maestros, y en 1963 estuvo entre los organizadores de la Unión Nacional de Poetas. De corresponsal en Sucre de la prestigiosa revista "Clarín Internacional" pasó en 1968 a ser su director en La Paz, tras la muerte de su titular, el malogrado Sergio Almaraz.

El régimen autoritario surgido en 1971 le impuso el exilio al Ecuador. Desde entonces desarrolló en el diario "El Comercio" de Quito una fecunda labor periodística, que sería reconocida en 1979 con el Premio Nacional de Periodismo; la distinción fue otorgada por primera y única vez a un periodista extranjero.

En 1988 regresó al país tras diecisiete años de ausencia. En Sucre se desempeñó como asesor del departamento de comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar. Paralelamente planificó e impulsó la creación de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Francisco Xavier.

Se entregó a fondo a sus dos pasiones: el periodismo y la poesía, hasta que le llegó la muerte en su misma ciudad natal el 21 de junio de 1992.

EL POETA

Para Eliodoro Aillón, la poesía era arma de combate por el pueblo, por los niños desamparados, por los artesanos desfallecidos de hambre, por los obreros sin salario y por los campesinos sometidos a la servidumbre.

Tan militante era su compromiso con la lucha por la justicia, que a veces su protesta crispada de ira malograba la inspiración poética hasta extraviar sus versos en los lindes de la diatriba. Pero, al fin, lo estético lograba sobreponerse al libelo.

Por su poema "Pido la palabra" Eliodoro Aillón ha alcanzado notoriedad y una consagración literaria perdurable. Acerca de este canto, el escritor y crítico Augusto Guzmán en su Biografías de la nueva literatura boliviana dice: "�El poema es singular y se define solo, con su estructura bien calculada de cuatro instancias en las cuales el vuelo poético campea tomando giros impresionantes desde el fondo de una tremenda soledad nacional en desgracia� Por su dignidad y fuerza como por su originalidad acusatoria es difícilmente igualable".

Algunas estrofas del poema:

�En mi pequeña morada / comenzó la patria�

Mi padre borracho / era la patria que pesaba sobre mis pupilas, / sobre mis labios, / sobre mis zapatos rotos, / y con esa patria a cuestas / yo asistí a la escuela.

La maestra / me mostraba siempre una patria / y un cielo / a los que nunca pude comprenderÂ?

�Yo encontré a la patria / botada en mitad de las calles�

�Yo la vi / desgarrarse por coger un pedazo de carne / y otro poco de pan, / y lloré su tragedia / porque teniendo hambre / ¡se comió su libertad!

� Yo vengo / en nombre del obrero / y sus overoles manchados� / en nombre de mi madre / y su voz callada; / en nombre de los niños / yo vengo; / en nombre de mi patria / estrujada por manos sin salario.

� En nombre de mi pueblo, / humilde como la hierba, / sencillo como el agua de la acequia, / ciudadanos del mundo: / ¡pido la palabra!

El poema posee tanta fuerza y distinción expresiva que ha trascendido las fronteras del espacio y el tiempo. Ramiro Lagos, colombiano, profesor de literatura en la universidad de Nueva York y autor de un voluminoso tomo titulado Antología de la poesía rebelde de Hispanoamérica, tiene a "Pido la palabra" entre los poemas de su preferencia.

En la poesía de Eliodoro Aillón la manifestación de la protesta es el rasgo dominante por su caudal de fuerza, reclamo político y su esplendor poético. Con sutileza escribe:

Busqué el país de la quimera / Muchas veces llegué hasta su verja / y vi sus jardines serenos� /� En sus calles de antiguas estrellas / está ausente la congoja por el pan de mañana� / � puro y sencillo, / sin oropeles ni estridencias, / ese país existe� / � Busqué el país de la quimera, / lo sigo buscando / y esa es mi fuerza. (Fragmentos de: "El país de la quimera"

O para exaltar la condición universal y las utopías del ser humano:

"Yo sé de un país donde no existe / ni el odio de Dios sobre los hombres / ni el grito del hombre / desgarrando el frío silencio de los dioses".

O para sublimar el alegato político, tal como se da en poema "Carta a tres amigos". Comienza con esta estrofa:

"Un día, hermanos, / tuvimos que partir� / Nos distribuimos este cielo / en partes iguales, / como si fuera el pan / el libro cotidiano�". Termina así: "Amigos, hermanos, camaradas; / aquí me despido hasta que suenen en el tiempo / las campanas felices / de un mundo sin miedo y sin neblina".

El poema es extenso. Está dedicado a sus entrañables amigos pintores Lorgio Vaca, Jorge, Gil Imaná y Walter Solón Romero, que se unieron al Grupo Anteo de jóvenes poetas de Chuquisaca.

A decir del propio Eliodoro Aillón, su poesía ha tenido una clara influencia de los españoles antifranquistas León Felipe y Marcos Ana, cuyo estilo se caracterizó por su marcado acento violento. También recibió la influencia de poetas de su generación, como del paraguayo Elvio Romero y del ecuatoriano Euler Granda, premio Casa de las Américas.

En su poética, Eliodoro Aillón busca la liberación de la palabra de todo ornamento formal para lograr una poesía pura, desnuda, esencial. Su libro Poesía como piedra, terminado en el Ecuador, es precisamente un alegato en desmedro de la metáfora.

SU OBRA

Poemas ilustrados de Anteo (Libro de poemas escrito con Juan J. Wayar) - 1958. "Pido la palabra" (Cuaderno de poesía) - 1958; "Para una voz de hombre" (Cuaderno de poesía) - 1958; "Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes" (Mensaje y reseña, suscrito con Jaime Canelas López) - 1959; Sobre la ruta del hombre - 1965; "La prosa y la generación actual" (Revista de Cultura Boliviana UTO) - 1969; Poesía como piedra - Ecuador 1988; Grandes polémicas de la literatura boliviana - 1989 y su último libro Poemas, publicado en 1996 por la Universidad Andina Simón Bolívar de Sucre, que recoge parte de los primeros poemas aparecidos en Sobre la ruta del hombre, además de otros inéditos como legado póstumo de una de las plumas más sensibles de la poesía boliviana. Es prologado con depurada elegancia por el comunicólogo y escritor Luis Ramiro Beltrán Salmón.

Finalmente, el mencionado Euler Granda, en fragmentos de su evocación a nuestro vate, dice:

Desde su Bolivia natal, dicho así con mayúscula, Eliodoro Aillón, un buen día apareció por las calles de Quito. Traía toda su humanidad al hombro.

En sus ojos ávidos y trashumantes se extendía la puna, el agua enamorada del Beni y el Mamoré, el Illampu, los metales dormidos en el intestino de la tierra�"

"� Cuando Eliodoro se ponía triste le sudaba Bolivia en todo el cuerpo y en su voz se iba filtrando una especie de charango pequeñito.

Eliodoro, periodista, pintor, mecenas, hombre de barro y gaviota, amigo a todo dar, soñador, hermano y, para completar, poeta, esencialmente poeta.

¿Qué sería de la vida sin la poesía�?"

"� El otro día, haciendo mutis por la tarde, Eliodoro se fue, pero no me queda la menor duda que al otro lado del muro continúa haciendo poesía".

* Luis Urquieta Molleda.

Escritor. Académico de la Lengua.

De: "Sol de Otoño. Escritos Literarios", 2007

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