El ponerse en una situación de beligerancia con el fin de preservar un legado natural de miles de millones de años de evolución maravillosa, a pesar de tantos desastres geológicos y climáticos donde el ser humano (homo sapiens) nada tuvo que ver, no es hablar por hablar, se trata de un peldaño de conocimiento y raciocinio alcanzado después de incontables análisis y reflexiones de muchísimos sabios, así se llamaban antes, y científicos ahora, que nos dieron con sus sacrificados trabajos, generalmente de toda una vida, la posibilidad de entender ese complejo Mundo en el que vivimos.
La Naturaleza es el conjunto de todos los seres y cosas que forman el Universo y en los cuales no ha intervenido el hombre. O sea se trata de pocos espacios vírgenes que se conservan a pesar de tantas acciones depredadoras del ser humano en todos los continentes, incluida la Antártida y la vida, muy ligada al espacio natural, es un fenómeno único tanto que, a pesar de los esfuerzos de la ciencia, no ha sido posible encontrar ni una sola prueba firme de la existencia de vida extraterrestre.
De infinitas maneras, la vida surgió y se diversificó, conquistó todos los hábitats del planeta y desarrolló miles de soluciones destinadas a mejorar la adecuación al medio. Pero toda esta diversidad tiene algo en común: su orientación a la supervivencia y aquí está el gran problema, el ser humano, cuando aún estaba en condición de especie no superior de la Naturaleza tenía que tomar lo que aquella le proporcionaba para seguir adelante.
Era legítimo, después ya no, porque en su angurria, basada en el consumo exorbitante, traspasó un límite fatal, de depredador por necesidad se convirtió en depredador por vicio o placer, en este instante dejó de pertenecer a la Naturaleza, se convirtió en su destructor, y aquí no se trata de un problema de género, mujeres y hombres son iguales en sus tendencias maléficas.
No es como dicen algunos masistas, que la cosa se reduce a la dicotomía forzada entre capitalistas salvajes, mal llamados neoliberales ya que no son todos, y originarios, pero la tendencia debe ser unificar a los seres humanos en torno a un paradigma que defendía Rosa Luxemburgo: "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres", esto es lo que el marxismo plantea en sus raíces más profundas.
«Las áreas protegidas fueron un "invento" de los "gringos", "dictadores" y Gonzalo Sánchez de Lozada para apropiarse de los recursos nacionales el día que se hicieron cargo del país», afirmó el Vicepresidente Álvaro García Linera en respuesta a la posibilidad del ingreso con exploración hidrocarburífera al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis). Los masistas dicen orondamente que las áreas protegidas fueron implementadas por los gringos a fin de guardarse nuestros recursos naturales para el día que se hagan cargo del país. Para ellos, buena parte de esas áreas fueron determinadas por Gonzalo Sánchez de Lozada y las dictaduras y no porque eran amantes del medio ambiente.
En realidad, las áreas protegidas son producto de la evolución de una racionalidad que surgió de los movimientos sociales y activistas "gringos", pero no de los burgueses que solamente piensan en la apropiación del excedente económico y social. Con el tiempo se convirtieron en un patrimonio universal y ni siquiera los mal llamados originarios tienen el derecho espurio de decidir sobre su destino.
Y ¿por qué defender a la Naturaleza? Porque es un espacio universal donde se desarrolla la vida cuando las condiciones químicas y biológicas lo permiten, además de los requisitos básicos para la evolución de un ser inferior a un ser superior: agua, oxígeno, carbono, nitrógeno, aminoácidos, minerales, presión y temperatura, adecuadas y muchos otros factores. Y no se trata de altruismo, el ser humano no lo posee más que en raras ocasiones, sino de su propio bienestar.
El manto de la Tierra es de roca derretida que en cualquier momento inesperado se pronuncia vía volcanes y terremotos que acaban especialmente con la obra humana, pueden provocar una extinción masiva de especies. Además, del espacio exterior llegan meteoritos o asteroides, ni hablar de la actividad solar y su efecto destructivo.
Se debe entender que solamente somos un minúsculo ser en un Universo complejo y peligroso, que debemos respetar la convivencia con la Naturaleza, preservando espacios donde el ser humano solamente intervenga con fines de investigación. Esto nos beneficiará estratégicamente, a todos sin excepción, seamos gringos, mestizos o indígenas.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.