Empecemos señalando que Oruro está entre los cuatro departamentos que declararon epizootia, un estado de situación al cundir enfermedades en animales, especialmente perros que ponen en riesgo la salud humana. Una epizootia se declara cuando los índices de enfermedades animales sobrepasan los límites de control regular, es lo que en el caso de los humanos corresponde a una epidemia.
La situación es preocupante porque de acuerdo a los datos que manejan las autoridades de salud, en sus divisiones especiales, se ha incrementado en la presente gestión la cantidad de perros callejeros, entre los que se mezclan algunas mascotas con dueño, pero que al ser parte de jaurías callejeras son igualmente peligrosas.
Los datos son un reflejo de la poca efectividad que tienen algunas campañas de vacunación, otras de esterilización y una serie de medidas precautorias que simplemente no dan resultado porque la cantidad de perros callejeros aumentó con relación a un registro de la gestión 2016. Se menciona también que es mayor el número de personas mordidas por perros en las calles. El número de víctimas en lo que va del año ha sobrepasado de 30 mil personas en el país, las que recibieron tratamiento de urgencia y la vacuna respectiva. Sin embargo, el hecho es que la población perruna se torna incontrolable.
En el orden de atención de personas atacadas por perros, la mayor cantidad corresponde a Santa Cruz, Oruro está en segundo lugar, luego Cochabamba y La Paz en cuarto lugar, lo que muestra que en las ciudades del "eje central", entre las que se incorpora Oruro, constituye un peligro público la exagerada cantidad de canes vagabundos transitando en sectores del centro citadino.
Autoridades de Unidades de Zoonosis, reconocen que es muy difícil controlar una población perruna de miles de ejemplares deambulando sin control en las calles y causando pavor entre la colectividad que además sufre el ataque de esos animales, que están fuera de todo control. En el último periodo se han denunciado tres muertes por rabia humana, 493 casos de rabia canina, de estos 340 más que la gestión de 2016, debido a la sobrepoblación de perros y a que municipios y gobernaciones no cumplen sus propias normas, ni los lineamientos establecidos desde el Ministerio de Salud.
Una comparación de los registros de últimos años, muestra claramente que las mordeduras de perros aumentaron considerablemente, por ejemplo el año 2015 se mencionaba como alarmante el hecho de que 64 personas fuesen mordidas diariamente, empero el año siguiente el número se eleva a 70 casos denunciados y en lo que va del año presente a 4 meses de su conclusión, se denuncia un promedio de 85 mordeduras diarias por perros callejeros.
En las unidades de zoonosis, señalan que se hacen los esfuerzos necesarios para disminuir la población perruna pero se tropiezan con algunas trabas, especialmente de ciertas organizaciones "protectoras de animales" que sin embargo a la hora de responder por daños y perjuicios a las víctimas, es poco lo que pueden hacer, salvando casos concretos por crianza de ejemplares peligrosos y cuyos propietarios son identificados claramente.
Algunos entendidos en la materia, señalan que se justifica la existencia de organizaciones defensoras de animales, cuando determinadas especies se encuentran en peligro de extinción. En el caso de los canes el problema es exactamente inverso, hay peligrosa superpoblación que pone en riesgo la salud y seguridad de humanos en general.
Fuente: LA PATRIA
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