Loading...
Invitado


Sábado 02 de septiembre de 2017

Portada Principal
Revista Tu Espacio

MODA

Reina a los noventa

02 sep 2017

Lic. Tatiana Mónica Siles Toro - Exclusivo para Tu espacio

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

"Jamás soñé usar un traje como este, la tendré siempre presente en mis oraciones", me dijo Lola sonriendo, mientras entallábamos su vestido de reina, un delicado traje de color lila suave con varias capas de tul y gasas. Algo ideal, considerando su delgada figura, la tez blanca y unos ojos hermosos que habían visto retoñar noventa primaveras. Me encontraba junto a la soberana de la belleza de este año en el hogar de adultos mayores, "La Sagrada Familia ".

Desde hace más de una década, puntualmente el día del adulto mayor, tenemos el privilegio de vestir a la soberana de dicho hogar, en la coronación más esperada por sus huéspedes en un espacio lleno de amor y cuidados de las hermanitas religiosas que acogen a más de 100 caballeros y damas de la tercera edad.

Cual niños en su cumpleaños, ellos disfrutan, bailan y ríen como si fuera la primera vez. La fiesta de la reina es un momento maravilloso que se repite cada año para olvidar el dolor, la enfermedad y? la soledad. Es imposible no sentir estrujado el corazón al ver la felicidad de un anciano bailando en su silla de ruedas o a una dama casi ciega, víctima del alzhéimer, que encantada degusta la torta y las golosinas con que la gente las agasaja.

La alegría de la música, la danza y el amor que ellos reciben ese día, son como un paño tibio para el alma en sus cansados cuerpos.

Una vez al año, el ejemplo de estas personas nos hace valorar la fuerza del espíritu humano, su capacidad de ser felices con tan poco; así como la gran generosidad y bondad de quienes los cuidan en el nombre de Dios, con infinita paciencia día a día.

El ajetreado mundo en que vivimos, nuestras múltiples ocupaciones, nos impiden reflexionar sobre algo que es una certeza en nuestra existencia: la vejez. Recordarlo cuidando a nuestros ancianos, será una forma de agradecer lo que ellos hicieron por nosotros. Un día no es suficiente: Atender, abrazar, respetar a nuestros adultos mayores, debe ser una misión diaria que nazca del amor y la solidaridad con el prójimo. Este será el mejor precedente que podamos legar a nuestra niñez y juventud si esperamos alcanzar una vejez digna y rodeada de la atención y buena voluntad que merecen los que han vivido un largo tiempo.

Para tus amigos: