De esos instantes que sin ser tan trascendentales se quedan grabados a fuego en la memoria de uno, está en mi mente un pasaje que tuvo lugar el 23 de diciembre de 1997 y que tiene que ver con un momento en el que esperaba la llegada de un amigo en la esquina de la Mcal. Santa Cruz y Almirante Grau, mirando de reojo los periódicos, cuyos titulares estaban gobernados por una noticia que tenÃa un carácter de extraordinario y que motivó un comentario que hizo que este recuerdo perdure hasta hoy.
La dama elegida para ejercer estas funciones por primera vez en Bolivia fue doña Ana MarÃa Romero de Campero, periodista con amplio bagaje y cuya designación no pudo ser más acertada.
Con las observaciones que cualquiera pueda tener por una u otra situación en la que aquellas hayan sido contrarias al criterio de algunas personas (En lo personal por ejemplo protestar por la forma en que se detuvo a los miembros de la banda de Blas Valencia me parecieron excesivas y desproporcionadas), en general, la gestión de doña Ana MarÃa tuvo una calificación de buena para arriba, y dejó una vara tan alta, que sus sucesores no pudieron alcanzar ni siquiera acercándose a su nivel.
Cuando se cumplieron los cinco años de su mandato, el pueblo en general y gran parte de la clase polÃtica apostaban por la continuidad para prolongar su mandato por una nueva gestión, con el mismo Carlos Mesa a la cabeza de esta opción. Sin embargo, quien se puso a la periodista entre ceja y ceja fue Gonzalo Sánchez de Lozada, quien sabÃa que se le venÃan tiempos muy difÃciles y no tenÃa la menor intención de tener un frente tan desacreditador como ella.
En este capÃtulo de nuestra historia, hay un detalle muy interesante para el análisis. Por segunda vez en nuestra historia, un exabrupto en la actual Constitución, nos llevará de nuevo a las urnas en diciembre para un resultado que será igual o mucho más desastroso que el de 2011. Los candidatos puestos a gusto del MAS este jueves gozarán de menos confianza que pronóstico del clima, y pese a ello, el partido gobernante insiste en que este sistema es mucho mejor que el cuoteo partidario que existÃa antes.
En ese momento (Era la primera semana de octubre de 2003) la popularidad del Gobierno era tan baja y el desgaste moral de la clase polÃtica lo propio, que la propuesta generó incluso muchas más protestas, por lo que al verse sin posibilidades de mover más fichas en ese tablero tan sitiado, un desesperado Goni se la jugó por la más fea, decidió poner al defensor de su elección y deshacerse cuanto antes de doña Ana MarÃa Romero.
Tras la renuncia de Sánchez de Lozada y posesión de Carlos Mesa, mientras las aguas empezaban a bajar de nivel, obviamente no necesitó que nadie siquiera le sugiera la renuncia. Solo, como quien no tiene ni amigos que lo apoyen, fue en persona al otrora Congreso Nacional a dejar una carta poniendo a disposición su renuncia, que lógicamente fue aceptada casi con alegrÃa sino con euforia por parte de todos.
Al igual que don Iván Zegada, al posesionarse, juró a los cuatro vientos su imparcialidad y que su trabajo serÃa su mejor calificador. Al menos en eso no nos mintió, sus actos últimos y su parcialidad con el gobierno ha sido y es tal que de Defensor del Pueblo pasó a Defensor del Gobierno de manera vergonzosa.
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