PodrÃan decirle Mago por ese arte de prestidigitación creativa que practica sin cesar desde hace 60 años, pero su apodo viene de más lejos, desde su bisabuelo Mariano Baptista Caserta, diputado y presidente de la república, a quien le colgaron el mote por ser un orador prodigioso.
Mago puede estar al mismo tiempo preparando un nuevo libro, montando un museo o realizando uno de sus programas de televisión de la serie "Identidad y magia de Bolivia", que ya suman más de 800 (16 años continuos). Lo hace con el fluir de los dÃas como si no representara ningún esfuerzo.
Todos sus programas de televisión son tremendamente generosos ya que en cada uno de ellos nos invita a conocer a un personaje, alguna faceta de una ciudad, un artista plástico, una obra nueva de teatro o de literatura, y tantas cosas más en la voz de los propios protagonistas. El panorama, que nos ofrece el conjunto de esa obra visual, dice mucho de lo que es Bolivia en el ámbito de la cultura.
No estoy aquà para hablar de la obra de Mariano Baptista Gumucio sino de la persona. Eso lo habrÃa hecho de manera magistral H.C.F. Mansilla en el estudio introductorio del libro Cartas para comprender la historia de Bolivia, Carlos D. Mesa, CachÃn Antezana y otros estudiosos. Tampoco quiero hacer de crÃtico de su obra videográfica, y menos analizar sus libros sobre educación, escritos en el periodo en que fue tres veces Ministro de Educación, ni hablar de su carrera polÃtica desde que fue secretario privado de Paz Estenssoro hasta que el MNR lo lanzó como candidato a la presidencia de la república, o su carrera diplomática como Embajador en Estados Unidos o Cónsul General en Chile.
Para rememorar todas esas etapas está el libro Por la libertad y la cultura (2016) propiciado hace exactamente un año por don Luis Urquieta, que despliega bellamente en la Edición de Plural y ZOFRO innumerables episodios de su vida con profusión de fotografÃas, cartas y textos propios y ajenos.
Mariano es un explorador, no un divulgador. Es fácil calificarlo de divulgador cuando en realidad lo que hace en sus investigaciones es sacar a la luz aquello que existÃa pero que no era tomado en cuenta porque no se conocÃa bien. En eso se parece a los exploradores del siglo XIX, que penetraban en las entrañas de la selva y descubrÃan civilizaciones que apenas conocÃamos de oÃdas, a veces ni siquiera tenÃamos noticias de ellas.
Disfruto mi relación con Mago porque es un hombre tranquilo, buen conversador que nunca abusa de la palabra ni quiere imponer sus ideas sobre los demás. Es más bien alguien que escucha y a veces habla en silencio desde su mirada chisposa con un ligero dejo de sorna en la boca, parecido al de la Mona Lisa, y asà sin mover los labios dice lo que está pensando de alguien o de algo, pero serÃa incapaz de ser torpe con nadie. Sus comentarios a veces sarcásticos son tan refinados que pueden pasar desapercibidos. Hay que saber leer a Mago como lo hacen unos pocos amigos con los que ocasionalmente intercambia, aunque la muerte los ha ido alejando, como ha sucedido con tres de sus cuatro hermanos.
Mariano Baptista Gumucio es un ejemplo de intelectual, trabajador honesto, probo e incansable, que ha aportado muchÃsimo a la cultura boliviana, a la memoria cultural de los bolivianos y al pensamiento sobre nuestro paÃs. Es un trabajador silencioso, no hace aspavientos ni busca como otros aparecer en los medios todo el tiempo. Es un ejemplo de ser humano por su modestia y su accesibilidad con todos. Por ello el reconocimiento que se le hace la Cámara del Libro en ocasión de la XXII Feria Internacional del Libro de La Paz me parece tan apropiado.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.