Una oposición política boliviana sin objetivos

Una oposición política real se construye y define en una realidad que le obliga a actuar en función de la historia y el contexto. La historia es una suerte de narración, una expresión de hechos mayormente con carga ideológica, con sueños que habitualmente se olvidan de la realidad. Y aquí es necesario referirse a la Pitonisa y Mefistófeles para que determinen qué es lo que puede pasar. Son una mujer embrujadora y un filósofo, aunque de manera muy sutil, pero ingrata y agradable a la vez. Así de simple.

Vaya a saberse lo que pasó en los vericuetos de la transacción política, este terreno es así, "compras y vendes", a no ser que tengas principios, los que son muy difíciles de conseguir porque no están en el mercado, van en el alma. La oposición política boliviana anda de traspié en traspié. No es eficiente, no interpreta adecuadamente la realidad, le hace un flaco favor a la democracia boliviana, sometiéndose al enemigo totalitario: el MAS. Este último está feliz ya que no cuenta con rivales de peso, los que hay le ayudan a legitimarse, a no convertirse en los monstruos autoritarios venezolanos. No necesita ser el malo de la película, ya que esta oposición de pantalla le facilita las cosas por su discurso confuso, sus actuaciones mediáticas irrelevantes, con algunas excepciones destacables, y su desprecio por el poder total para bien.

Una oposición de agallas debe legitimarse con el apoyo del pueblo, pero con racionalidad de peso y lucidez. Pero, el Referendo del 21 de febrero de hace un tiempo solamente ratificó su inutilidad. Por ella no hubiera pasado nada contra el proyecto hegemónico de la prórroga presidencial, fue la iniciativa ciudadana, carente de un dirección política, la que rescató el proyecto democrático de los bolivianos. Esta oposición tendría que adivinar cosas como la Pitonisa y reivindicar al Demonio intelectual como decía Mefistófeles. Tarea sin duda demasiado difícil para ella debido a su incapacidad estructural.

Lenin, con apenas 10% de votos en la Duma, Parlamento ruso de 1917, hizo maravillas transformando una Revolución democrático burguesa en socialista porque supo entender la situación coyuntural y utilizar los momentos políticos para ser mayoría sin necesidad del consenso con otras fuerzas, solamente a partir de su genialidad táctica. La oposición boliviana es increíblemente endeble, ni siquiera es capaz de unirse para asuntos mayores. Cada supuesto líder opositor no llega a esto porque no arrastra masas a través de su discurso difuso y confunde al pueblo democrático, busca ser el de arriba por narcisismo, no el mejor, y el MAS aplaude.

No se vaya a pensar que todos los bolivianos son demócratas, muchos resultan arbitrarios y se pasean por los senderos del totalitarismo. O sea que se trata de una lucha que debe ser astuta para neutralizar a esta gente y convocar al resto a la toma del poder. El futuro de los bolivianos exige a la oposición ser a la vez Pitonisa y Mefistófeles, ya que en política todo vale, máxime si se trata de la Patria. El puritanismo hay que dejarlo para los asuntos domésticos o para el después cuando ya se haya capturado el poder político para hacer el bien. El enemigo es terrible y no tienen que existir consideraciones supuestamente éticas. La historia lo exige.