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Domingo 20 de agosto de 2017

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Revista Dominical

Cuatro días de terror

Tarija se volvió un "infierno"

20 ago 2017

Fuente: LA PATRIA

Bolivia no está preparada para asumir ese tipo de desastres � Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Era miércoles 16 de agosto por la tarde, en la ciudad de Tarija, situada en la parte Sur de Bolivia, la señora Carmen Rosa Zenteno se trasladó hasta un lote que tiene en el sector de Erquis municipio de San Lorenzo. Según se supo mediante los medios de comunicación, ella realizaba la quema de su basura.

A esa hora de la tarde, un fuerte viento sopló en el sector y las llamas que tenía encima de la basura se extendieron hasta un árbol que estaba próximo, situación que posteriormente se descontrolaría y pasaría a convertirse en un desastre medioambiental.

La noche de ese día, el fuego ya había alcanzado proporciones inimaginables y Tarija, mediante la reserva natural de Sama se convertía literalmente en el propio infierno. Las autoridades, dirigentes cívicos y población en general se movilizaron para ir a aplacar el fuego.

Al principio, vanos fueron los esfuerzos, las llamas se convirtieron en una fuerza descomunal que comenzaron a arrasar con toda vida existente a su paso, flora, fauna e incluso, cobró tres vidas, en el balance final y se registraron algo más de 1.500 heridos, por caídas, quemaduras y otros accidentes debido a la contingencia.

UNIÃ?N

Cualquier situación mala, siempre trae algo bueno consigo y en Tarija quedó demostrado lo que los bolivianos tenemos grabado en la moneda nacional: "La unión es la fuerza".

Sin importar color político, raza, religión o sexo, los habitantes de ese jirón patrio, incluso sin saber nada, sobre incendios forestales, arriesgaron sus vidas durante cuatro días para vencer al "infierno" en el que vivían.

Y así lo hicieron, varones y mujeres, en brigadas, cadenas humanas, rescatistas y bomberos improvisados, todos llamados voluntarios se "lanzaron" a la cuesta de Sama.

El destino quiso convertirlos en héroes y así pasó, tres personas ofrendaron sus vidas por la tierra que amaron, Nedeyra Condorcet, la alumna de la Escuela Básica Policial (Esbapol); el comunario de Guerra Huayco, Luis Mendoza, quien murió en el incendio por salvar a sus vacas y finalmente, Barby Urzagaste, madre que dejó en la orfandad a cuatro niños.

En horas precedentes se conoció que la "justicia" asumirá acciones en contra del piloto del helicóptero de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), que en un sobrevuelo a baja altura avivó las llamas del incendio, aquel hecho originó que el fuego alcance a la señora Urzagaste, quien fue rescatada con el 75 por ciento de su cuerpo quemado.

FUEGO

Esos cuatro días de terror, fueron el pánico en vivo, mujeres, niños y ancianos, estaban desesperados. Desde sus casas rezaban y pedían al Creador que ponga fin a ese desastre. Mientras que otras más avezadas se fueron hasta el Comité Cívico de Tarija, para ayudar en lo que haga falta. El llanto y la desesperación se apoderaron por momentos de esos seres que sin contemplación alguna, vivían una verdadera pesadilla.

Las tres noches del incendio, Tarija se iluminó con el fuego del "infierno", desde la ciudad se apreciaba un cuadro dantesco, jamás antes visto por sus ojos y los malos pensamientos se apoderaron de mucha gente que veía impávida e inerme la situación.

La noche más delicada fue la del viernes, porque corrió la alarma de que el fuego estaba prácticamente en zona urbana, donde están situadas las bombas de gas. Se pidió que se cierre desde los domicilios aquel servicio. El pánico operó aprovechándose de la situación que no se conocía.

Los dos primeros días, la ciudad amaneció con una humareda que hizo dar miedo, el sol estaba más opaco e incluso parecía sonreír diabólicamente por su coloración naranja-rojiza.

Erquis, San Pedro de Sola, Lazareto, Turumayu, Guerra Huayco, fueron las zonas afectadas por el siniestro.

ESPERANZA

Sin embargo, había una esperanza. La ayuda externa no tardó en llegar, fueron los bomberos voluntarios de Salta-Argentina, especialistas en incendios forestales quienes dieron esperanza a los tarijeños. A esa situación se sumó la unidad chapaca.

Pero no solo los tarijeños estaban preocupados del desastre, sino también en otras urbes del país se siguió de cerca la noticia. Una de las ciudades en movilizarse primero, fue Oruro, en principio, con los bomberos voluntarios del SAR Bolivia, quienes se fueron hasta el lugar, sin escatimar ningún esfuerzo, incluso, pagando de su propio bolsillo los pasajes.

De la misma manera pasó con otras ciudades, entre ellas, La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Trinidad y Santa Cruz.

Simultáneamente se organizaron campañas, la de Oruro fue una de las más sentidas, con la recolección de agua, medicamentos, barbijos, linternas, entre otros elementos de ayuda. Los periodistas orureños tomaron la iniciativa y con el concurso de grupos como los scouts se pudo hacer realidad esa ayuda mediante los corazones de oro de la ciudadanía, que también tuvo la cooperación del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro.

Aquel gesto de solidaridad llegó hasta Tarija y fue resaltada por los dirigentes del Comité Cívico de ese departamento, quienes públicamente agradecieron a los orureños por esa manifestación de cariño.

VIDA

Tras el incendio, se organizaron brigadas de limpieza de la reserva de Sama. Los voluntarios, principalmente jóvenes universitarios y en su mayoría mujeres, decidieron hacer aquel trabajo, que también sirvió para detectar posibles nuevos focos de incendio, que a una sola voz fue atendida por los bomberos.

El desastre ambiental dio un mensaje a toda Bolivia y se llegó a la conclusión que no estamos preparados para ese tipo de desastres, no existe gente capacitada y menos equipo que ayude a mitigar el fuego de los incendios forestales.

Hubo un pensamiento general en Tarija durante y después del desastre, es necesario trabajar en esta área, capacitando voluntarios y se tenga a gente especializada para atender estos desastres en cualquier ciudad o departamento del país que suceda.

Asimismo, y hasta en tono sarcástico, pedían los habitantes de Tarija al Presidente Evo Morales, que en vez de inaugurar canchas cada fin de semana, se invierta el dinero de los bolivianos en la compra de equipo, aviones o helicópteros que actúen al momento de estas contingencias.

Por otro lado, nació un sentimiento ambientalista, y dejó en claro que el medio ambiente es importante para la supervivencia del Planeta Tierra. Los chapacos están seguros que se vendrán días difíciles de aquí en adelante y se enfrentará una posible sequía en meses precedentes como consecuencia de ese incendio, tal como ocurrió el 2009, pero no en esa magnitud, cuando ocurrió una situación similar.

Las 10.600 hectáreas, hoy cenizas cobrarán vida nuevamente, quizá no inmediatamente, pero sí poco a poco, porque así como pasó la "tormenta infernal", ahora se piensa en la arborización de toda la reserva natural de Sama, por ello, los tarijeños decidieron emprender una campaña agresiva para plantar todos los árboles posibles en aquel lugar que hace poco era el "infierno" mismo.

Fuente: LA PATRIA
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