Sábado 19 de agosto de 2017
ver hoy
Muchas veces planeamos hacer alguna cosa pero llegado el momento, sobre todo cuando es algo que no se nos da de manera sencilla, comenzamos a postergar el proyecto, se puede decir que nos autosaboteamos y lo dejamos de lado, pero luego lo lamentamos.
Con la ayuda que recibimos de la tecnología, por un lado, muchas funciones nos han simplificado la vida de manera extraordinaria, por otro, ha hecho que nuestras vidas se aceleren, por lo que no concebimos la vida contemplativa, no nos detenemos a meditar o admirar las maravillas que nos ofrece la naturaleza.
Nos hemos acostumbrado a vivir fácil y rápido. Queremos que todo se dé a la voz de ¡ya! Y cuando eso no ocurre nos frustramos y empezamos a postergar.
Antaño, para tener comida en la mesa había que hacer grandes sacrificios, plantar las verduras, cosecharlas y prepararlas, criar animales, matarlos, pelarlos y cocerlos, pero en la actualidad, con la industrialización de los alimentos es fácil abrir una lata y obtener una ensalada lista para comer, abrir un paquete y obtener la carne casi lista o ya cocinada para calentar y servir.