El reporte periodístico señala graves daños en la reserva de Sama en Tarija, producto de un voraz incendio que a duras penas ha sido sofocado. La prensa, en sus noticias indica el daño a 10.600 hectáreas pero lo más grave es el costo de tres vidas humanas que ha cobrado el infierno desatado en tierras chapacas, amén de muchos heridos.
Y algo que, aparentemente se ignora, y debería dolernos es la muerte de la fauna del lugar; muchos animales han muerto sofocados o calcinados. Acaso por tratarse de animales, que aún no tienen derechos en nuestro país, los reportes casi ni los nombran, pero han muerto animales de gran tamaño, mediano tamaño y muy pequeños (roedores, hormigas, insectos, etc.). Pero nombremos también a la flora (árboles, arbustos, flores, etc.), dañada y eliminada de manera cruel. En fin, grave daño ha sufrido un pedazo de nuestra madre tierra.
LA CULPABLE
Se tiene identificada a la causante del fuego, una señora de apellido Zenteno. Se la tiene detenida. ¿Qué se hará con ella?, ¿Cómo se la juzgará?, ¿Bajo qué figura jurídica? Es obvio que la mencionada ciudadana no tiene antecedentes y menos presenta un perfil de piromaniaca asesina. Acaso su única culpa haya sido el descuido, con seguridad que ya muchas veces debió quemar sus basuras, pero esta vez el destino determinó otra cosa. La justicia dictará algo, pero aún en el supuesto que se le diera la máxima pena (cosa absurda, por supuesto), el daño está consumado y, en cuanto a las vidas perdidas es irreparable.
Esta vez, quien inició el fuego está señalado, pero en tantos otros incendios que han ocurrido desde hace años en nuestra Bolivia, ¿Cuántos más han sido identificados?, y si lo fueron ¿Qué penas se les dio?
Con seguridad que el hecho fortuito, el hecho no intencional, la intervención de la naturaleza (una ráfaga de viento), serán argumentos a favor y en defensa de quienes inician los infiernos en diferentes latitudes de la patria.
LA SOLUCI?N
Acaso esté en manos de la ciencia moderna el terminar con los llamados "chaqueos". ¿Será necesario quemar los restos de vegetales una vez extraídos los frutos?, ¿No hay otra manera de eliminar o reutilizar estos restos?
Los restos carbonizados y el hollín que produce una quemazón de vegetales, ¿Se convierten en abono para la tierra?, ¿O acaso degrada la tierra infertilizándola gradualmente? Estas y otras interrogantes tendrían que contestarlas las y los agrónomos y a ellos va el reto para que en estas mismas páginas expresen el saber científico.
LA IRONÍA
Las alcaldías de muchas ciudades capitales han tenido éxito en terminar gradualmente con las fogatas de la supuesta noche más fría, como es la noche de San Juan. Comparativamente al pasado, se ha avanzado bastante en la concienciación de la ciudadanía, aunque perviven aún las y los irresponsables que ocultos tras los muros de sus patios aún contaminan el aire.
Ahora bien, todo el "ahorro" de contaminación logrado en la noche de San Juan, se ha dilapidado de sobremanera con el incendio en Tarija y con otras quemazones en el oriente cruceño, incluida aquella "travesura" irresponsable de alguien que provocó una humareda de proporciones en pleno aeropuerto cruceño. Esta es la gran ironía, mientras se controla en algunos lugares, en otros no. Mientras puede sancionarse a habitantes de una ciudad por una fogata, no se hace lo mismo con gente del campo bajo el argumento de que los "chaqueos" son tradicionales.
Es hora de que las autoridades pertinentes reglamenten la actividad agropecuaria en sus diferentes etapas. Bolivia aún tiene grandes extensiones de hermosos terrenos, pero hay que cuidarlos y preservarlos. Hoy hemos dañado a la Pachamama con fuego, mañana lo haremos con asfalto en aquella carretera que muchos no quieren.
(*) Licenciado en Comunicación Social
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