Por otro lado, el pasajero, desde el momento en que toma contacto con los servicios del transportista, deberá seguir las instrucciones y obedecer los reglamentos establecidos, de forma que, el objeto del transporte, que es el servicio público, pueda realizarse de forma segura, regular, eficiente y económica. Todo ello implica un comportamiento adecuado por parte de los pasajeros. Una conducta agresiva dificulta, sin duda, no solo la atención a bordo, sino la misma operación de vuelo.
La determinación del Comandante es consecuencia directa e inmediata de la conducta del pasajero y por la cual se debe responder judicialmente. Los daños padecidos por la aerolÃneas han de serle justamente reparados y la persona sobre la que recae la obligación de resarcirlos es, inequÃvocamente, el extraño pasajero.
La ingesta desmedida de alcohol y las cálidas efusiones a las azafatas en vuelo, pueden devenir en situaciones muy desagradables para el pasajero infractor, ya que 5 whiskies demás pueden significarle varias decenas de miles de dólares en multas y penalizaciones, pues estos desacatos están regulados por convenios jurÃdicos internacionales entre paÃses que ejercen la actividad aeronáutica.
(*) Abogado corporativo, postgrado en Derecho Aeronáutico, Interculturalidad y Educación Superior, doctor honoris causa, docente, escritor.
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