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Domingo 13 de agosto de 2017

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Revista Dominical

Señales que precederán al fin del mundo

13 ago 2017

Por: Carlos Decker-Molina

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Confieso que me gustan los títulos cortos, además este libro es corto, tiene sólo 123 páginas, si habría sido Yuri Herrera le habría puesto simplemente Makina, el nombre de la mujer "de la que todos se enamoran", qué personaje más apasionante.

Cuando conocí a Herrera me trato de "señor" porque nació en 1970 y podría ser mi hijo, en el transcurso de la charla pasamos al tono "cuate" porque Herrera es mexicano total y así lo muestra en su escritura, hay quienes sostienen que es el nuevo Rulfo. A mí me parece que Rulfo es lo que es y Herrera está en plena construcción de su ser literario. Estudió ciencias políticas en la UNAM, pero su escritura tiene origen gringo porque su maestría en Creación Literaria fue lograda en Texas, concretamente en El Paso. Tuvo otra escuela y es la de su familia donde habitaba el marxismo y el leninismo, sin embargo, en su escritura no hay nada de eso. Creo que, por eso, va camino a ser un gran creador, porque habla de cosas sin mencionarlas. La novela que está en mis manos es sobre migraciones y narcotráfico, ambos sustantivos no figuran en las 123 páginas.

La novela "Señales que precederán �" tiene una pátina social, el mundo que describe es paralelo al de las avenidas estatales y el de las grandes corporaciones; lo social está en todas partes sin mostrarse de cuerpo entero, pero, la clave del libro son los verbos.

El verbo cruzar, por ejemplo, es el símbolo de toda la novela, porque Makina cruza para ir a buscar a su hermano y pretende cruzar de vuelta. Pero hay un verbo que me confundió y es "desgranar". Makina "la había desgranado con él", me acercó a la mazorca, quitar el grano, podría ser la metáfora de quitar la vida. Para Herrera es fornicar. Y, ¿jarchar?

Jarcha es árabe y quiere decir salir o final, pero en la España musulmana existían poemas árabes llamados moaxajas y eran coloquiales. Jarcha es una breve composición lírica que cerraba esos poemas. En Herrera es un verbo tan plástico que implica no solo salir o partir, marchar o escapar y otra tanda que irá apareciendo a lo largo de la historia

Yuri Herrera construye una novela entre los vértices de la Tierra (Comala), el Gran Chilango (Valle de la ciudad de México descrito por Von Humboldt) y Estados Unidos (el nuevo Tenochtitlan)

Makina inicia el viaje diciendo "estoy muerta" tras presenciar un terremoto, y lo cierra pensando "estoy lista" tras haber atravesado una puerta con un cartel que dice "Jarcha". No existen las palabras México o Estados Unidos, pero el lector se ubica en ese espacio singular no planteado como destino ni morada sino como zona para la movilidad, el cruzamiento y el caminar permanente.

Son nueve capítulos que toman el nombre de cada uno de los pasos de la leyenda precolombina. Y todo para que lo ancestral enlace con la irreductible realidad. Makina comienza el camino y pasa por lugares y ciudades que no se mencionan, una frontera que no se señala y río que se cruza del que ignoramos su nombre y lugar de nacimiento.

En los mitos, se pasa el río siempre en compañía de un perro, pero en la novela de Herrera es Chucho el nombre de alguien que ayuda a Makina a cruzar a la otra orilla.

A lo largo de las pocas páginas están los jefes con nombres de una sola letra (el señor Hache), los duros, los jefes de los clanes y los paquetes que se entregan para que no se lleven hacia el norte y cuyo contenido no se pregunta, porque "una no hurga en las enaguas de las demás".

El texto es lineal cosido a mordiscos por voces, encontronazos y algún que otro balazo. Makina es la heroína de la leyenda, atraviesa lugares, batalla con sombras que no siendo espectros parecen serlo, todo por llegar hasta el hermano para darle el encargo de la madre: Vuélvete. Y, el hermano habita un lugar milico donde no hay ventanas ni orificios para el humo. Vive en lo inframundo de la fábula. Ya nada es igual para Makina ni para nadie que cruza alguna frontera.

Confieso que agarra el registro lingüístico de Yuri Herrera, la lectura se convierte en mágica y si te gusta escribir quisieras aprender a decir como Herrera lo hace.

Se lo manifesté personalmente y me dijo: "es porque eres boliviano, y tienes los mismos espejismos".

La voy a volver a leer, pero, esta vez en sueco porque quiero saber cómo Maria Cederroth tradujo palabras imposibles que incluso solas son poesía.

Datos

Título: Señales que precederán

al fin del mundo

Editorial: Periférica

Autor: Yuri Herrera - mexicano

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