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Domingo 13 de agosto de 2017

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Revista Dominical

El valor de la vida, la amistad y el dar

13 ago 2017

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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"Vamos a tu casa a hacer tareas", sentenciaba la voz aguda de una niña alegre e inquieta, y a la pregunta de "¿por qué no a la tuya? La respuesta no se dejaba esperar "es que en tu casa siempre hay galletas". Es la frase que más recuerdo de Wendy, de pequeña menudita, delgada y reilona.

Recuerdo que cuando cursábamos la primaria, el grado exacto escapa a mi memoria, entré al aula y vi a algunos compañeros preocupados, cuando ingresó la maestra nos pidió orar por Wendy, algunas chicas lloraban, otros estaban cabizbajos y algunos recién acabábamos de saber la noticia, ella había entrado en coma, ¿por qué?, padecía diabetes.

En esa época ni idea teníamos de lo que quería decir un coma diabético, sólo se nos explicó que era una enfermedad que se padecía por el exceso de azúcar en la sangre y que nuestra compañera estaba delicada y debíamos pedir a Dios por su salud.

Cuando volvió al colegio la notamos muy normal, sólo nos decía que no podía consumir alimentos con mucha azúcar, dulces prohibidos, masitas también, ni qué decir de la Coca-Cola que tanto le gustaba, entre todos la controlábamos, pero alguna vez tuvo deslices, al fin era sólo una niña, aunque nos explicaba que estaba adecuadamente medicada para mantener el azúcar a raya. Luego supimos que un poco de dulce no le hacía mal, al contrario si no lo consumía se iba para el otro lado y otro coma amenazaba.

Sin embargo, la diabetes es una enfermedad metabólica que puede ir acompañada por otras patologías o no, pero afectan a ciertas funciones del organismo ya que la hiperglucemia actúa como "tóxico" en la sangre, puede provocar retinopatía y llegar a la ceguera, o puede provocar nefropatía que es el daño a los riñones.

Wendy parecía llevar una vida normal pese a la enfermedad, sin embargo, tuvo algunos periodos en que el cuadro empeoraba, cuando éramos adolescentes tuvo nuevamente un coma, otra vez la acompañamos con oraciones, porque no sabíamos de qué otra manera ayudarla, en realidad sólo los médicos y su voluntad de vivir podían hacerlo, sus compañeros de clase sólo podíamos colaborar a través de la fe.

Pero a medida que crecíamos la diabetes fue cobrando su cuota en la salud de Wendy, primero se fue deteriorando su vista, por lo que no pudo seguir una carrera universitaria, luego hizo mella en sus riñones, le insertaron una fístula para dializarla día por medio, y poco a poco le fue afectando en las diferentes funciones de su organismo.

Recuerdo que cuando niñas ella me pedía ayuda para cargar su carpeta del colegio, decía que no podía esforzarse mucho y ahora que somos mayores comprendo mejor cómo es que la enfermedad le afectaba, pero como siempre amó la vida no parecía que padeciera de alguna patología, porque se mostraba alegre, siempre riendo, hablando fuerte y hasta ahora es el alma de las fiestas, el centro de atención.

Cuando joven participó en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, en la Morenada Ferrari Ghezzi, su sueño desde niña, pero lo hizo con fe, porque pese a todas las dificultades que había tenido que sortear por la diabetes ella seguía con vida y con más ganas de seguir adelante.

Pero a medida que pasaron los años, su salud se fue deteriorando y vimos cómo ella salía adelante, una vez tras otra, sólo por el ardiente amor que tiene por la vida, una vez me dijo "yo quiero vivir, amo la vida, si no amara la vida ya no estaría aquí", por eso los amigos la vemos como un ejemplo, como un verdadero milagro viviente, un testimonio humano de que cuando uno tiene la voluntad de no darse por vencido se puede lograr lo que uno se proponga.

Una persona puede vivir dializada, según los médicos, hasta 10 años como máximo, pero ella lleva 17 años en que se dializa cada día por medio, lo cual también comenzó a pasarle factura a su salud.

Los amigos y compañeros comenzamos a apoyarla económicamente, ya que tras la muerte de su padre Alberto y el deterioro de la salud de su madre Marlene, vimos que a duras penas lograba pagar sus tratamientos, más si caía en situaciones de riesgo, como el coma diabético o alguna complicación debido al tiempo que lleva con la hemodiálisis.

La Biblia nos dice que vinimos a servir y que debemos gastar la vida por el prójimo, en ese camino estamos los amigos de Wendy, de apoyarla y colaborar para que pueda mejorar y costear sus gastos médicos.

No con el ánimo que le tengan lástima, sino con el afán de rendirle un homenaje de respeto y admiración a esta mujer, que es un monumento a los milagros, escribo estas líneas, para que conozcan las batallas que ha peleado en el área de la salud y para que entre muchos ayudemos a que siga saliendo adelante, haciéndole frente a la enfermedad y luchando por ser un ejemplo de vida para muchos que se dejan vencer por los problemas.

Solicitamos a la sociedad, principalmente a los orureños, que son sus coterráneos, que nos ayuden a ayudar, y cuando vean una actividad que se realiza a nombre de Wendy Sandoval Zaconeta, colaboren con generosidad.

Para terminar les dejo con este relato de la Biblia:

"Jesús se había sentado frente a las alcancías del Templo, y podía ver cómo la gente echaba dinero para el tesoro; pasaban ricos y daban mucho, pero también se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de poco valor.

Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos".

Nota.- Actualmente se organiza una rifa solidaria para ayudarle a superar una de sus más duras batallas, en Oruro, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, sus amigos y familiares están ofreciendo los boletos, que se sortearán el 19 de agosto próximo. En Oruro, pueden adquirirlos en WKM Radio y matutino LA PATRIA. Además se pueden hacer donaciones al número de cuenta No. 550-0434238 del Banco Nacional de Bolivia, a nombre de Marlene Zaconeta Ríos Vda. de Sandoval.

Para tus amigos: