Sin exagerar parece que no hay un ciudadano que luego de intentar un trámite en alguna repartición pública, no se queje de la existencia de una burocracia negativa que se practica, como modelo de servicio al ciudadano.
Es tan difícil que se agiliten las gestiones debido a la costumbre funcionaria de poner la mayor cantidad de trabas a cualquier requerimiento de servicios que sean planteados por personas que desean por ejemplo inscribir un nuevo negocio, o la parte inversa, cerrarlo; quizá pagar impuestos al día y quien sabe proponer un plan de pagos para regularizar el atraso en materia impositiva o simplemente para exigir mejores servicios de las autoridades.
En ese esquema de entrabar deliberadamente los trámites, el complemento ineludible es el de "vuélvase mañana", sin ninguna consideración a la pérdida de tiempo, molestia y gastos adicionales, para que funcione la deficiencia de servicios con ineficientes funcionarios que tendrían que ser debidamente capacitados para rendir eficientemente, a favor del ciudadano, hombre o mujer, pero además aumentando los ingresos para su institución.
Es necesario desburocratizar la administración pública en su generalidad, desde los niveles del aparato estatal, llámense ministerios y el conjunto de sus unidades, el caso de los municipios y gobernaciones, como servicios de impuestos, aduana, todo el esquema jurídico incluyendo el ministerio público e inclusive algunas instituciones de servicio, como las que distribuyen agua, electricidad y telefonía.
Es necesario transparentar la gestión pública de manera general, facilitando los servicios a la comunidad, partiendo del principio de que "el cliente tiene la razón" y en este caso cada ciudadano es un cliente que aporta y con esos ingresos sumados en orden prioritario, se cubren los salarios de toda la cadena de empleados públicos, que cobran por la mala atención que otorgan a quienes tendrían que proporcionar, calidad y calidez funcionaria.
Uno de los problemas que es la causa de este mal, según los analistas, es la preparación y capacidad de los empleados, no todos por supuesto, pero una mayoría que accede a los cargos gracias al "favor político", lo que significa eliminar una obligatoria evaluación del nivel profesional, si fuera el caso o mínimamente de la preparación individual del empleado público político, de modo que responda a las exigencias de un cargo, más aún si el mismo tiene que ver con atención ciudadana.
Una solución que se ha puesto en práctica en el municipio paceño, es la capacitación de los empleados a través de eventos y programas innovadores de los servicios públicos, un proceso que tiene por objeto construir mecanismos de control de la administración pública, para fortalecer la institucionalidad y evitar la corrupción y sus consecuencias que provienen de la excesiva burocracia, lo que para el común de la ciudadanía es la causa de la deficiente atención de servicios.
Es necesario en toda la administración pública mejorar los servicios, eso significa simplificar pasos o etapas para el cumplimiento de objetivos en el nivel institucional, lo que redundará en beneplácito del "cliente" y en una sustancial mejoría de las metas propuestas en montos económicos, ahorro de tiempo y mutua satisfacción de empleado y ciudadano.
Lo que se busca es eficiencia, abreviar las dificultades, reducir el tiempo de los trámites y olvidarse definitivamente del "vuélvase mañana", pues un día más de mantener irresponsablemente cualquier gestión, implica doble perjuicio, a la institución y al ciudadano. Hay que eliminar la burocracia en la gestión pública.
Fuente: LA PATRIA
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