Perdemos oportunidades de captar inversión minera

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El problema que arrastra la minería nacional es que por muchísimo tiempo no ha podido captar inversiones para desarrollar proyectos mineros de envergadura y para ampliar los que puedan darse para el crecimiento de la metalurgia y con el caso del hierro del Mutún, la siderurgia.

Sólo algunos proyectos de la minería mediana privada han logrado colocarse en el nivel de puntuación favorable, aunque no todas llegaron a la calificación excelente debido a varios factores, entre estos de manera especial, la incertidumbre, la falta de reglas claras y seguridad jurídica, mientras en el sector estatal lo que falta es una política adecuada que dinamice la ampliación de trabajos en los centros tradicionales, sólo Colquiri está en esa dinámica, mientras que las otras empresas dependientes de la Comibol, incluyendo la fundición de Vinto, confrontan algunas restricciones que frenan su diversificación.

Lo que se observa en países vecinos, es un alto crecimiento del sector minero con estrategias muy definidas que dan valor especial a la participación de grandes inversionistas que aportan no sólo capitales, sobre todo tecnología y amplias posibilidades de beneficio económico, en función a reglas claras de participación, entre Estado y empresas, lo que no se define en el nuestro, manteniendo a la zaga un sector productivo como la minería que requiere de mucha inversión.

Permanentemente se conocen inversiones millonarias en proyectos mineros que se inician o se empoderan con mayor movimiento, en el Perú, Chile y Argentina, pero la ola minera se extiende hacia el Ecuador y Colombia, donde igualmente los gobiernos han definido políticas muy claras para captar capitales facilitando a muchos inversionistas su incursión societaria en proyectos competitivos de una moderna minería.

Hay una fluctuación de inversiones que se calculan entre algunas modestas de 20 a 50 millones y otras que significan de 600 a 1.000 millones de dólares, es decir un gigante flujo de capitales que permite en la misma proporción cumplir metas de alta producción en extracción e industrialización de la minería.

La situación de nuestra minería en ese renglón, está realmente atrasada y merece un cambio de timón como lo sugieren los "timoneles" de la materia, al señalar que lo primero debe ser establecer y definir la política minera nacional, a partir de tener en funcionamiento una estructura profesional, técnica y administrativa que cumpla objetivos definidos de reactivar todo el aparato minero, incluyendo el complemento industrial de la metalurgia y la siderurgia como factores garantizados de producción en función de tiempo, por así definir el rendimiento de los hornos Ausmelt en Vinto, el Kivcet en Karachipampa, el futuro complejo siderúrgico del Mutún que deberá asegurarse la provisión de gas, las fundiciones de zinc en Oruro y Potosí y lo que importa en las plantas "experimentales" del gigante reservorio de litio en Uyuni y Coipasa. Hay que pensar en captar inversiones.