Loading...
Invitado


Viernes 11 de agosto de 2017

Portada Principal
Perspectiva Minera

Productividad minera sin mayores alicientes efectivos en esta gestión

11 ago 2017

La falta de una política minera, seria y operativa impide desarrollar proyectos � La Ley minera promulgada en mayo del 2014 no ha sido aún reglamentada

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

"Como se vea y desde donde se observe el asunto, la minería se debate entre muchos anuncios y poca efectividad en el cumplimiento de programas", según lo señalan con poquísimas variaciones los expertos en la materia, que coinciden sin embargo en demandar mayor atención de las autoridades de área para poner en marcha proyectos que estén plenamente respaldados por normativas muy claras que atraigan y garanticen buenas inversiones para emprender con efectividad nuevos planes de prospección, exploración y explotación minera.

Muchos factores influyen para que no se cumplan algunos planes aparentemente impulsados desde esferas superiores, cuando en realidad se trata del seguimiento a las actividades de la "gran minería tradicional", que gracias a la naturaleza de origen siguen siendo rendidoras, aunque notoriamente disminuidas.

El auge de la minería que permitió el desarrollo de gran parte del país, hizo que Bolivia sea conocida por esa riqueza, tan grande que sirvió para enriquecimiento de potencias extranjeras, europeas, dejando una parte para el sostenimiento de la República que utilizó esas ganancias desde el Estado nacional, en algunos proyectos importantes, pero también movió una serie de intereses políticos que enriquecieron cajas particulares, restando el ingreso oficial de las divisas.

Cuando se menciona la importancia de sostener la economía nacional, fueron los minerales que cubrieron ese requerimiento, por muchísimas décadas, para llegar luego a la alternativa del uso de otra riqueza natural como los hidrocarburos y el aprovechamiento del gas, para sustituir en un periodo de grave crisis a la minería que recibió un duro golpe con la caída del precio del estaño, principal mineral de exportación en concentrados.

El tiempo transcurrió con nuevas alternativas para cubrir los presupuestos financieros del país, en algunos periodos con fuertes pérdidas que soportó la minería, y luego se echó mano a los recursos generados por la venta de nuestro gas, como sucede al presente, pero lamentablemente dejando en segundo o tercer lugar la extracción de minerales, que también alcanzó periodos de recuperación, gracias a reajustes en los precios internacionales, épocas en que la falta de visión previsora, la carencia de proyectos, ausencia de incentivos para atraer inversiones hace que lleguemos al tiempo presente, sin políticas para desarrollar la minería y metalurgia, ubicándonos en una realidad que muestra la poca capacidad, visión, experiencia y decisión de muchas personas para mantener a la minería en una etapa de sobrevivencia, cuando debiera gozar de las mismas condiciones que se disponen para el sector petro-gasífero, que tiene fuerte respaldo para programas de exploración y explotación, aún situaciones conocidas como una disminución paulatina de las reservas naturales.

Se anuncian importantes inversiones, algunos millones de dólares, en otros casos millones de boliviano, empero el estanco minero es tal, que no hay nuevos proyectos que realmente se hagan llamativos en el escenario natural de aprovechar nuestra riqueza minera, pero con emprendimientos renovadores y con proyección de larga data, creando miles de empleos seguros y a la vuelta de lo que signifique, tratamiento y ojalá industrialización de nuestros minerales se sumen los ingresos de manera diversificada, impulsando el desarrollo nacional, pero además fomentando el crecimiento de las comunidades donde la minería en absoluta armonía con el medio ambiente, genere el bienestar de muchas familias.

ENTRE GAS Y MINERALES

De acuerdo a las circunstancias que se han dado en el correr de 192 años de existencia de la Patria, fueron los minerales los que afirmaron la economía de la nueva República, aún después del despojo de la riqueza minera extraída alevosamente para fortalecer economías extranjeras. Con la fundación de Bolivia se puso freno a ese robo descarado de nuestros minerales y aunque con una serie de avatares, se afirmó el crecimiento nacional gracias a la minería nacional, que fue transformada en muchos años, para alcanzar cierta tecnificación que no logró hasta el presente colocarla en un sitial mayormente competitivo, si observamos lo que ocurre en el entorno vecinal.

Una calamitosa caída en el precio del estaño, como explicamos en líneas arriba, ocasionó el derrumbe minero y como refieren algunos analistas, la crisis despertó opciones para la sobrevivencia, acudiéndose a explotar el otro rubro de nuestra riqueza natural, los hidrocarburos y aprovechar la coyuntura de escases de gas en países vecinos que requerían del combustible. Entonces comenzó la atención a ese rubro y se disponen desde entonces importantes presupuestos para que la riqueza gasífera tome la prioridad en su uso a nivel interno, cuidando por otra parte el cumplimiento de los contratos especialmente con Brasil y la Argentina.

Pero como todo recurso natural no renovable tiene sus periodos especiales de alza y baja en su rendimiento, se cumplen programas especiales para ampliar la exploración de más pozos y responder a los límites de los contratos, que en el caso del GLP se amplían al Paraguay y al Perú.

ALTERNATIVA FUNCIONAL

Es necesario que con la prudencia del caso nuestras autoridades asuman con toda responsabilidad la obligación de establecer fuentes alternativas de generación económica y lo más funcional, como recomiendan los expertos es volver a la minería, claro está que fuera del megaproyecto del litio y lo que será el Mutún, urge la aplicación de un programa de diversificación en la minería tradicional, pero al mismo tiempo trabajar en la prospección y exploración minera, para tener nuevos yacimientos que se encuadren a planes modernos de alta competencia que puedan ser sustentados con inversiones nacionales y/o extranjeras, que aseguren un prolongado periodo bonancible. Los emprendimientos mineros requieren tiempo y mucho dinero, de ahí que en nuestro país no se puede permitir un perjuicio latente, cuando en más de dos años no se ha podido "reestructurar" la estatal minera, algo inaudito para el tiempo presente, cuando recursos humanos y técnicos, adecuadamente contratados no debieron tardar más de seis meses en reestructurar el aparato empresarial.

Lo que se espera y tendrá que ser parte de una decisión gubernamental, es el cumplimiento de metas para reestructurar y reactivar la minería, completando la funcionalidad de la Ley 535 con su reglamento, su escala tributaria y una definición que garantice jurídicamente las inversiones, pero además disponga un programa de incentivos para atraer capitales y tecnología. La minería quiérase o no seguirá siendo el sustento de la economía boliviana.

Para tus amigos: