El mito de lo dañino de los carbohidratos para la nutrición humana

Los carbohidratos en la alimentación humana están relacionados con la obtención de energía suficiente para desarrollar las actividades cotidianas de forma óptima para el organismo. Entre un 50 y 60 por ciento del total de la energía que se consume en el día proviene de ellos y otra energía se puede producir a partir de las grasas, algo incompatible en la mayor parte de la población por sus tendencias a la obesidad baja, mediana y alta. Y es el cerebro el que necesita prioritariamente de esta energía para el desempeño de sus funciones vitales que no se reducen exclusivamente a pensar, sino, fundamentalmente a controlar, a través de la activación de sus billones de neuronas, no las utiliza todas, solamente una mínima cantidad, el rendimiento eficiente del cuerpo en todos sus componentes, musculares, neuronales, óseos, etc.

El problema fundamental del miedo al consumo de carbohidratos está relacionado con el aumento de peso, pero el verdadero asunto está en la mala combinación de los alimentos que se consumen diariamente y en problemas genéticos y orgánicos. Es evidente que no se deben consumir carbohidratos y productos que contengan altos niveles de grasa saturada en una sola comida, en general, no siempre para todos, porque los seres humanos son diferentes, aunque se crea lo contrario, psíquica y fisiológicamente.

Una dieta bien combinada junto con la actividad física adecuada es la fórmula para gozar de buena salud y un peso ideal. Para quienes no practican ningún deporte y no realizan actividad física, se recomiendan el ejercicio y la actividad mental (especialmente intelectual) con buenos hábitos de lectura, reflexión teórica y análisis crítico, pues de esta forma se quema toda la energía producida por los carbohidratos y grasas consumidas durante el día.

Las consecuencias de no consumir carbohidratos por miedo a engordar son agotamiento físico y apetito constante. Además se perjudican las funciones mentales y provocan un desequilibrio en la alimentación. Su bajo consumo tiene consecuencias en la salud como un mal metabolismo. Llevan a un descenso de la masa muscular, lo cual provoca desnutrición temporal y crónica. En este caso el cáncer está al acecho. La debilidad le ayuda, aparte de las razones genéticas.

Los carbohidratos están siglos enteros en la dieta. Y se los encuentra en los cereales (avena, trigo, arroz, maíz y cebada) y en los tubérculos (papa, oca, zanahoria, nabos, entre otros). Todos poseen fibra, un nutriente para el cuerpo que también ayuda a la flora intestinal. La elección es propia de acuerdo a cada organismo, a sus apetencias y sentimientos, pero no se debe suprimir todos. El pan es fundamental en los requerimientos mentales de energía.

Es una creencia popular errónea suponer que la alimentación saludable es únicamente a base de verduras y carne de pollo o pescado a la plancha, sin nada de pan, arroz o pastas. No ingerir estos alimentos tampoco es sano. Así que se debe eliminar la carbofobia (miedo a los carbohidratos), caminar para gastar energía y tener una nutrición balanceada. De esta forma se podrá llevar una vida saludable y un peso adecuado. Es necesario matizar lo que dicen, de manera arbitraria, muchos supuestos especialistas en el tema. Nuestro cuerpo nos da las señales exactas y hay que escucharle.