El Mescp, el aprendizaje dialógico y la transformación social

El Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo (Mescp), ahora vigente en el desarrollo de los procesos educativos en el Estado Plurinacional de Bolivia, persigue entre sus propósitos la Transformación Social. Para alcanzar la misma, es determinante el accionar de maestros y maestras, quienes a través de sus labores cotidianas deberán aportar a dicha transformación; empero ¿Cómo o a través de qué cumplirán con dicho aporte?, pues ahí surge como una opción o alternativa metodológica-educativa, el desarrollo del aprendizaje dialógico.

La referida transformación social, básicamente desde la educación, implica eliminar aspectos que aún son parte de la vida de los y las bolivianas: la discriminación (social, cultural, económica, ideológica, religiosa y/o espiritual) la falta de equidad y desigualdad de oportunidades, las actitudes de patriarcalización; impuestas por la colonización y sostenidas (si así se puede nominar) por la colonialidad; además que obstaculizan las relaciones basadas en el respeto, la empatia, la asertividad, la otredad y/o alteridad.

El aprendizaje dialógico deberá implicar enseñar y aprender en contacto con la realidad social, cultural de los sujetos, dentro y fuera de las aulas, además en contextos o espacios educativos diversos. Un componente fundamente para este aprendizaje es el compromiso, de los maestros y maestras entre otros, con la transformación de la sociedad. Este fundamento recoge dos puntos claves: primero el rol y el compromiso del maestro o la maestra y segundo el de los centros educativos, para aplicar una pedagogía transformadora que minimice o supere las desigualdades sociales. Además, la conjunción e interacción de ambos puntos ayudará a disminuir la distancia que existe tradicionalmente entre escuela, familia y comunidad; asimismo con el aprendizaje de los y las estudiantes.

La formación de los y las estudiantes, para la transformación social, comprende desarrollar en ellas y ellos, actitudes y aptitudes, particularmente para la práctica de: la justicia, la paz, la igualdad, la equidad, la armonía, la complementariedad, la empatia, la asertividad, el comunitarismo, la honestidad, la otredad, la alteridad y la responsabilidad; asimismo del análisis, la reflexión, la crítica- autocrítica y la investigación. Obviamente consecuencia de la aplicación del aprendizaje dialógico se podrá conformar una sociedad dialógica, donde se practique o se viva todos los valores, las actitudes y aptitudes citadas. Por supuesto, este aprendizaje deberá ocurrir al interior del Mescp, producto de las acciones desarrolladas a través de los momentos metodológicos, en función a objetivos holísticos.

Actualmente, de seguro muchos maestros y maestras con la voluntad, ilusión y compromiso de trabajar por una mejor educación de sus estudiantes que además pueda ser útil para transformar nuestra sociedad, se topan en ocasiones, con la desmotivación y la indiferencia de sus compañeros y un engranaje burocrático que les impide llevar a cabo con éxito sus propósitos. De hecho también existirán unidades educativas que han comprometido tareas sociales para o con su entorno buscando constituirse en espacios educativos holísticos, que no sólo incluyen la formación del alumnado sino también de las familias, y de otros miembros de la comunidad, de esa manera aportar a la transformación de la sociedad. Sin embargo, será importante que no vayan a sucumbir y que más bien continúen con su tarea tesonera de no solo instruir o transmitir conocimientos científicos, sino también educar para la transformación social.