Cada país que se precia de ser libre y soberano tiene por encima de cualquier circunstancia, su Carta Magna y el complemento de la acción práctica que no es otro que su Ejército armado.
Un proceso de evolución en el continente ha ido transformando los ejércitos tradicionales en lo que ahora se conocen como las Fuerzas Armadas de cada nación y con varias especialidades en su formación y organización disciplinaria, tomando en cuenta como las básicas del ejército, la armada y la aviación, además en cada caso una serie de especialidades que conforman la estructura defensiva de cada república.
En la historia de la humanidad se conocieron "naciones guerreras" que tenían por misión expandirse para tomar territorios y por lógica de acción su desempeño era siempre ofensivo. Esas estructuras han desaparecido, permitiendo cambios que definen otras estrategias para las Fuerzas Armadas, aunque en muchos casos, ciertos gobiernos establecen su fuerza en el poderío de sus tropas y sus pertrechos bélicos, cada vez más sofisticados y más letales.
El argumento de las guerras, la invasión de territorios por la fuerza, han respondido casi siempre a una serie de intereses foráneos, al movimiento de poderes externos en busca de apropiarse de recursos naturales o de lugares geopolíticamente valiosos para fines expansivos. Algo de este hecho es parte del cotidiano vivir en la otra mitad del mundo, donde las guerras cobran muchas vidas y donde la miseria es latente en grado extremo.
Las circunstancias nos traen muchos recuerdos, algunos tan vivos que cobran cierta notoriedad en el tiempo presente porque sus efectos marcan severos daños en la economía y el desarrollo de un país cercenado en su territorio por otro alevoso y de características agresivas.
En el contexto internacional se imprimen ahora nuevas formas de buscar soluciones a los intereses particulares, predomina el diálogo, se imponen las negociaciones, se debaten argumentos y se obtienen acuerdos que evitan la conflagración armada, se trata de largos procesos, arduas discusiones y un despliegue de amplios recursos diplomáticos para ejercer los derechos que rigen internacionalmente entre pueblos hermanos de continente en busca de afirmar un objetivo mayor como la integración regional, pensando en ésta parte del mundo, en el ideal del libertador de cinco naciones, construir una sola Patria, fuerte y solidariamente unida por lazos de tradición, cultura, economía, pero de manera fundamental por intereses comunes de solidario emprendimiento para mejorar las condiciones de vida de una fuerte comunidad sudamericana.
Nos permitimos la reflexión, aprovechando el aniversario patrio, a sólo 8 años del bicentenario de la fundación de la República de Bolivia, un largo tiempo de espera para solucionar su enclaustramiento marítimo, ocasionado por la fuerza de poderes externos y la belicosidad de un país vecino.
Insistir en la condición pacifista de nuestro pueblo y su Ejército, que precisamente en la fecha conmemora el Día de las Fuerzas Armadas y que ratificará su condición de ser la institución tutelar de la Patria, para asumir su rol en la salvaguarda de nuestra territorialidad y en defensa de los altos valores de nacionalidad, en democracia y con justicia.
Nuestras Fuerzas Armadas avanzan en su modernización y ese proceso fortalece su vigencia para mostrar su presencia en todos los confines de nuestra amada Bolivia, especialmente allí donde la soberanía está en riesgo y donde hay que poner en alto el nombre de la Patria.
Fuente: LA PATRIA
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