Domingo 06 de agosto de 2017

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Revista Dominical
Amanda Jáuregui, una sagitario en el otoño
06 ago 2017
Por: Márcia Batista Ramos - Escritora - (
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En el libro que me obsequió Amanda Jáuregui, cuando nos encontramos en la IV Feria del escritor boliviano, en el marco del Foro de Escritores Bolivianos organizado por la Fundación Simón I. Patiño, en la ciudad de Cochabamba, en el pasado mes de julio, "Las Alondras & luciérnagas", encontré un combinado de poesÃa, rondas, poesÃa infantil, algunos refranes, homenajes póstumos. En fin, entre alondras y luciérnagas también encontré a la mujer otoñal con las inquietudes universales de quien vive y ama, amén de saber que la vida se extingue a todo momento, inexorablemente. Entonces, la ex presidenta de la Unión de Poetas y Escritores filial Cochabamba, escribe:
"Adiós es despedida hasta siempre eternidad dimensiones del olvido o de la muerte quizás."
La muerte es la única certeza para todo aquél que está vivo, es una realidad concreta que todos tenemos que enfrentar en algún momento, sea nuestra propia muerte o la de nuestros seres queridos; empero, en contraposición a la finitud del cuerpo está la transición a la eternidad del alma. El universal poeta brasileño VinÃcius de Moraes resumió la inquietud humana ante la muerte y la soledad en sus versos inmortales: "(Â?) la muerte angustia de quien vive o la soledad fin de quien ama (Â?)"; y la boliviana Amanda Jáuregui, nacida en La Paz y adoptada por Cochabamba, al experimentar la misma turbación ante la muerte y la soledad expresa:
"Me invadirá la soledad cuando te vayas (�) y caeré al fondo de la sima la sima del olvido y de la muerte."
Amanda Jáuregui fue profesora, esposa y madre, y como poeta de otra edad refleja en sus versos el mundo pequeño en que la mayorÃa de las mujeres de su generación estuvieron enclaustradas; un mundo que va de la cocina al vidrio de la ventana, porque la transparencia del vidrio permite ver otros horizontes y otras posibilidades de vida que la impermeabilidad del vidrio no permite traspasar, porque requerirÃa romper el vidrio, o sea romper con patrones predeterminados y estructuras sociales pre existentes. Además, al romper el vidrio existe el riesgo de cortarse y desangrar; porque los patrones sociales vienen acoplados al juez y al verdugo; siempre dejando pocas posibilidades para las mujeres. Y es detrás de la ventana que ella advierte a otros seres en pos de su destino y enuncia: