Domingo 06 de agosto de 2017
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Editorial y opiniones
COLUMNA VERTEBRAL
Bolivia y su execrado fundador
06 ago 2017
Carlos D. Mesa Gisbert
En 1968 el historiador estadounidense Charles Arnade publicó La Dramática Insurgencia de Bolivia, un libro que influyó de modo decisivo en nuestra historiografÃa. Arnade afirmó que los chuquisaqueños tenÃan una: "mentalidad altoperuanaÂ?un carácter peculiar, dado al juego flojo de palabras y frases ambiguas en las cuales el individuo rara vez podrá pronunciarse por uno u otro bando, sino manejar todas las creencias sin decidirse jamás por ninguna". El autor apeló a René Moreno certificando que este comportamiento se puede definir como "dos caras" y continuó indicando que su ejemplo más conspicuo fue Casimiro Olañeta al que definió como un "intrigante no sobrepasado (por ninguno)" con una carrera de "conspiración continua".
Su tesis fue que un grupo de élite criolla chuquisaqueña de raigambre realista, se apropió de la gesta libertaria que habÃan protagonizado heroicos combatientes contra el imperio español y diseñó un proyecto egoÃsta ligado a intereses de poder polÃtico y económico. En palabras de Arnade fue: una "Asamblea de Transfugas". Olañeta, Serrano, Urcullo, Mendizábal y los otros fundadores no respondÃan sino a la mezquindad surgida en una ciudad "soberbia y presuntuosa". Ocurre, sin embargo, que fue ese núcleo de personalidades y no otro el que se reunió en La Plata en julio de 1825 y decidió por unanimidad crear una Nación independiente desvinculada del Perú y de la Argentina.
Ocurre además que fue precisamente Casimiro Olañeta, como lo demostró palmariamente el historiador José Luis Roca, quien influyó en Antonio José de Sucre entre el 3 y el 9 de febrero de 1825 en la ruta Puno-La Paz, en el documento que decidió el destino del nuevo paÃs. Sucre habÃa redactado los dÃas 2 y 3 el texto básico del decreto de convocatoria a la Asamblea Fundadora. El mismo 3, Olañeta llegó a Puno. El 6, ambos cruzaron el Desaguadero. Roca probó en su libro Ni con Lima ni con Buenos Aires que las modificaciones entre el texto inicial de Puno y el final de La Paz tuvieron que ver con la influencia de Olañeta sobre el vencedor de Ayacucho. Los cambios en el Decreto de 9 de febrero de 1825 fueron cruciales para los alcances de la Asamblea. El texto inicial decÃa en sus considerandos: "es necesario que estas provincias dependan de un gobierno"; el final decÃa: "es necesario que las provincias organicen un gobierno". Inicial: "dejar al pueblo su soberanÃa"; final: "dejar al pueblo la plenitud de su soberanÃa". Inicial: "mientras una Asamblea de diputados de los pueblos delibera de la suerte de ellas"; final: "mientras una Asamblea de diputados de ellas mismas delibere de su suerte". Además se modificó la forma de elección que pasó de cabildos a juntas de parroquia y provincia, amplió la participación de los electores y eliminó las restricciones por ingresos económicos de los elegidos. El Decreto de La Paz contiene 20 artÃculos, ampliando en 8 el borrador de Puno.