Contagio del sida, concomitante con las drogas

En el mundo y específicamente en Bolivia, lamentablemente, se incrementan y detectan nuevos casos de infección por VIH y sida; y estas infecciones nuevas se generan por transmisión sexual mayoritariamente, además que no surge un atisbo de retroceso en la prevención de este mal que diezma a la humanidad. El Sida es concomitante con el consumo de drogas pues se acompañan el uno al otro e indistintamente. Las drogas desactivan la voluntad y se tienen relaciones sexuales sin protección e irreflexivamente, entonces, cuando se afronta la realidad, después de la vorágine con la conciencia adormilada, es desgarradoramente tarde.

El VIH y el sida continúa siendo un problema de salud mundial. Estadísticamente, en el año 2016; 37.7 millones de personas vivían con el VIH en el mundo; en este mismo periodo 2.1 millones de personas se infectaron con el VIH (y lo cruel radica en que 170.00 fueron niñas y niños), y 1.5 millones murieron por enfermedades relacionadas con el sida.

Consecuentemente quedan retos pendientes; en Bolivia no se sabe con real certeza, justamente para evitar la propagación de la epidemia, el número exacto de infectados y las zonas de recurrencia de la enfermedad. Ello es una evidencia que, pese a las múltiples campañas de información y sensibilización; prevalece una imperativa necesidad de incrementar y mejorar el conocimiento y la educación de la enfermedad, como ser: mecanismos de transmisión, formas de prevención tratamiento; ahora, el esclarecimiento en edad muy temprana, a los niños.

Los organismos locales no deben relajarse porque un descuido significa una vida que rompe la armonía de la colectividad; cuyo contenido tiene el objetivo de minimizar el impacto del VIH y el sida entre la población a través de conductas y actividades saludables, mediante la educación y tratamiento de la información unida a una sensibilización sin termino. La educación trata de exaltar los valores y la energía que estos significan en cada ser humano, cuando viven y se enraízan en las actitudes de las personas, como efecto, (léase el libro "Adiós a las drogas y la adicción", de este columnista).

Lo fundamental para los jóvenes es la constante vigencia del sentido de vigilancia a nivel del progreso de actitudes en relación directa con la educación, que debe ser incesante y perfectible. Los padres mejor formados e informados de la realidad cruel del VIH , el sida y la adicción a las drogas, educarán óptimamente a sus hijos, pues se debe ser madre y padre para toda época por más difícil que sea, como la actual. La educación es el camino más adecuado por excelencia y, el más eficaz.

(*) Abogado corporativo, posgrado en Interculturalidad y Educación Superior, Conciliación y Arbitraje, docente universitario, doctor honoris causa, escritor.