Domingo 30 de julio de 2017
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No se debe mezclar negocios con polÃtica. Es algo que el gobierno boliviano tendrá que aprender si sigue ofreciendo a los paÃses vecinos un gas que no existe, pero sólo para impresionar al electorado boliviano.
En este momento, según se sabe a pesar del hermetismo en que han sido encerradas las informaciones sobre el gas, la producción llega a solamente 47,40 millones m3/d, con lo que se debe atender la demanda de Brasil, 24 millones por lo menos, de Argentina, 19,9 millones y de Bolivia 14 millones, lo que suma 58 millones m3/d. Hay un déficit de 12 millones m3/d.
Y eso lo saben argentinos y brasileños, que han optado por tomar previsiones para asegurarse la provisión de gas natural procedente de otras latitudes.
Quien no lo entiende es el Gobierno boliviano, que ha optado por seguir haciendo lo único que sabe hacer: propaganda. Ofrece a Paraguay construir un gasoducto para exportar el gas que ese paÃs necesite, pero en realidad lo hace no para impresionar a los paraguayos, sino a los bolivianos, que deben votar a fin de año por unos jueces que serán tanto o más malos que los actuales, pero que deben atender la exigencia del presidente de habilitarlo como candidato, otra vez, en 2019.