Datos sueltos y no oficiales, pero que emanan de los cÃrculos próximos a la empresa petrolera estatal YPFB, hacen pensar que si no se renuevan los yacimientos existentes, que además declinan paulatinamente en su rendimiento las cosas pueden ponerse "color hormiga", aunque el gas es incoloro pero su escases puede oscurecer muchos escenarios.
La figura que se presenta actualmente, es la desesperación del Gobierno de encontrar con urgencia nuevos pozos productores de gas, para calmar la presión que ejerce Brasil y contentar la expectativa de Argentina que espera se aumente el volumen de nuestra venta transada para satisfacer sus necesidades internas.
Según una publicación de la Fundación Milenio hace un año atrás, la calificadora de riesgos Fitch Ratings afirmó en un estudio que "la producción de gas natural en Bolivia luego del 2019 es incierta debido a la ausencia de grandes descubrimientos". Se menciona un estudio del Gobierno de Brasil en el que advierte que los campos de gas en Bolivia se hallan en fase final de producción y que no existen descubrimientos de nuevos yacimientos, añade que tal situación pone en alerta las alarmas en el paÃs y por ello se anunciaron importantes inversiones, sin que empero se conozcan resultados favorables.
Por su lado el Gobierno boliviano desestima los informes de algunos estudios, incluyendo el de Brasil, arguyendo que los "datos son desactualizados y no incluyen descubrimientos recientes que garantizan la provisión suficiente de gas". Según los datos de la Fundación Milenio hasta el 2015, la producción de gas llegaba a 8,9 de TCFs. El ministro de hidrocarburos aclara que el dato más actual señala 10 TCFs y se espera además la confirmación de un ascenso en esa cifra luego de confirmarse una mejor producción de gas.
En todo caso las apreciaciones vertidas sobre el tema del gas, han generado muchas preocupaciones entre los ejecutivos de la estatal petrolera y por supuesto en los niveles superiores del gobierno, donde se insiste en la necesidad de aumentar las actividades de exploración de nuevos pozos y concretar algunos trabajos que ya se han hecho para incrementar la producción gasÃfera, dejando claramente establecida la condición de cubrir la demanda interna y luego atender los requerimientos de Brasil en lÃmites ya fijados y establecer condiciones para incrementar la exportación a la Argentina.
Hay una controversia actualmente en lo que significa establecer fehacientemente la producción de nuestro gas, estimar oficialmente las reservas probadas y de ese modo tranquilizar a nuestros actuales compradores, según algunos expertos dejando de lado momentáneamente la oferta de exportar gas al Paraguay, una posibilidad que podrÃa cumplirse más adelante, si se define el costo de construcción de un gasoducto y el pago que significará ese transporte, cuando todavÃa hay incertidumbre sobre la cantidad de TCFs que necesitamos para cubrir los contratos con los vecinos Brasil y Argentina.
En todo caso lo ineludible es desarrollar un "plan agresivo" en la búsqueda de nuevos pozos, como la alternativa más próxima a una realidad que se vive en el paÃs en materia de producción de gas, sabiendo que han aumentado las necesidades internas y paralelamente hay propuestas serias para aumentar las cantidades exportables a nuestros actuales clientes. El asunto del gas tiene que definirse en función a nuestras reales posibilidades.
Fuente: LA PATRIA
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