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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Cuidado con Omasuyos - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Dos acontecimientos de caracterÃsticas trágicas tuvieron lugar en el mismo sitio, uno muy diferente del otro, uno más atroz que el otro pero ambos con el mismo destino, la impunidad y el desparpajo a flor de piel.
Al mando de la Csutcb, quiso su propia guerra del agua y la tuvo para su gozo. Dispuso que el altiplano boliviano bloquee las carreteras y evite el abastecimiento a la ciudad de La Paz hasta que se derogue la Ley de Aguas 2029 y dejen de privatizar "La sangre de la Pachamama".
La medida fue acatada con contundencia, no hubo camino libre hacia La Paz y las pantallas de televisión a la hora del noticioso se llenaron de imágenes en las que se veÃan alfombras de piedras sin un solo bloqueador. La táctica era muy interesante y su lÃder la denominó "Plan Hormiga".
Los lugares para el choque de fuerzas fueron Patacamaya y Lahuachaca y el resultado fue funesto, el profesor Rogelio Calisaya y el dirigente campesino Javier Chambi fallecieron en la refriega.
La fama de los Ponchos Rojos creció, y de ellos se apoderó una imagen creo yo sobre estimada de su valor y determinación, la cual quedó muy venida a menos con un gesto brutal de infame cobardÃa, cuando degollaron a tres inocentes perritos a la vista de todo el mundo para dejar en claro su grado de humanidad.
Imagen que se vio reforzada la madrugada del 17 de noviembre de 2008 cuando los pobladores de la capital de la provincia Omasuyos dieron una muestra más de su carácter irrascible, que cuando se enfada y si a ello se le añade alcohol e ignorancia, el infierno de Dante queda chico ante en esa ciudad del altiplano nacional.
Un grupo de 11 delincuentes aprovechando la festividad de San Cristóbal, se dedicaron a atracar a cuanto borrachÃn se recogÃa, robando sus pertenencias y haciendo daño a sus vÃctimas. La gente se dio cuenta, logró capturarlos y empezó la orgÃa de sangre y bilis.
Una fiscalÃa timorata, llena de pavor y alarma se quiso hacer presente en Achacachi para realizar las investigaciones pertinentes y encontrar a quienes dieron cuenta de la vida de dos personas además de causar semejantes lesiones a los otros nueve (afortunadamente en nuestro paÃs, aunque sea sólo en el texto, hasta los peores delincuentes tienen derechos), para hacer justicia y mediante el ejemplo evitar que tal episodio vuelva a acontecer.
El pacto de silencio los dejó con los crespos hechos, nadie, pero absolutamente nadie habÃa visto, oÃdo, sentido o hecho algo. Acá no pasó nada y por lo tanto no hay nada que averiguar. Puertas y ventanas cerradas les evitaron cualquier tipo de contacto con la población y no hubo forma de hacer trabajo alguno.
Pero lo que más llamó la atención en este episodio es que quien salió ante los fiscales y medios de comunicación fue el entonces Alcalde Municipal de Achacachi, dando un mensaje por demás claro a la población boliviana pero sobre todo al Estado Nacional.
Este arrogante mensaje, con el que se atribuyó el rango de rey chiquito de una aldea sin Dios ni Ley, le valió ser luego Presidente del Senado y hasta Ministro, cargo que ocupa hasta la fecha, y que demuestra la importancia de estar por encima de la Ley y meterle nomás en estos tiempos.
Â? Ambos acontecimientos siguen sin castigo y no serán ni investigados ni sancionados como manda la Ley y hoy que Achacachi está nuevamente en pie de lucha pero que tiene como actual rival al Gobierno Nacional deberÃa poner en alerta a más de uno y recordar que cuando se trata de la provincia Omasuyos es mejor tomar la cosa con pinzas y manejarla con mucho cuidado.
(*) Paceño, stronguista y liberal
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