Con los datos más recientes sobre el comportamiento en la producción de quinua, hay desafíos que deben cumplir los productores, pero que no podrán hacerlos realidad si además no se dispone de una política expresa que posibilite preservar los cultivos, pero no sólo eso, sino mejorarlos y aplicar programas para proceder a la diversificación e industrialización del producto, con fines de exportación.
Sin embargo hay un elemento sumamente preocupante, y es el bajo nivel de consumo del "grano de oro", por parte de la comunidad nacional. Según datos del Centro Internacional de la Quinua (CIQ) el consumo promedio per cápita de quinua en el país es apenas de 1,5 a 2 kilos al año, lo que muestra una negativa respuesta colectiva a los esfuerzos que se han hecho por incrementar ese bajo índice de uso y consumo del inigualable alimento nativo.
Se atribuye el hecho a una falta de adecuada promoción interna, desconocimiento de la población y especialmente de las amas de casa sobre el valor proteínico de la quinua, producto requerido en el exterior por ese incomparable valor nutritivo, desairado en nuestro medio interno, por ignorancia en las ventajas de su consumo y los beneficios altamente comprobados como nutriente general de la salud.
Se han presentado algunos problemas en el último tiempo por factores naturales de orden climatológico, afectando los cultivos en la zona occidental del país, el caso concreto de Oruro, Potosí y algo de sembradíos en La Paz, menos mal superando las dificultades y recuperando los volúmenes de cosecha y comercio del producto, en cierto porcentaje para el mercado interno y con mayor índice para cubrir una demanda insatisfecha en mercados internacionales.
Lo que se reconoce como hecho altamente positivo relacionado con la calidad de la quinua, es que la producida en la zona occidental de Bolivia tiene elementos inigualables en su contenido natural, al tratarse de un producto cien por ciento orgánico y con todos sus atributos nutricionales, condiciones difíciles de lograr en producciones supuestamente competitivas.
Frente a estas situaciones es que los productores y los exportadores organizados, esperan incentivos de nivel oficial, especialmente créditos que les permita encarar la industrialización de la quinua con una producción de alimentos derivados, como harina, fideos, galletas, granolas, barras nutricionales, sopas pre cocidas y refrescos, alimentos requeridos por consumidores en varios países, en los que se busca comodidad, facilidad y seguridad en su elaboración.
Más allá de satisfacer la demanda externa que en el último periodo ha tenido algunos bajones, por variadas circunstancias, entre esas la competencia peruana, se eliminan las restricciones y se espera alcanzar metas de mayor rendimiento, pero accediendo a "líneas de apoyo financiero" para cumplir además con el objetivo de industrializar toda la producción, insistiendo en una campaña de alcance nacional para concienciar a nuestra sociedad en todos sus niveles sobre la importancia de consumir quinua en todas sus formas.
Como un programa de apoyo a esta promoción, se desarrollará un programa de agroturismo, como estrategia para incrementar el consumo de quinua en el país, el plan permitirá recorrer las zonas tradicionales de cultivo de quinua en Oruro, Potosí y La Paz, mostrando las bondades del cereal y las variadas opciones para su preparación y consumo. Este programa se encara en labor conjunta del Centro Internacional de la Quinua (CIQ) y la empresa Boliviana de Turismo (Boltur).
Se espera que el programa sirva para promover las propiedades del cereal e inducir a su mayor consumo en la dieta familiar y de manera especial en los programas del desayuno escolar y en los cuarteles del país.
Fuente: LA PATRIA
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