Es necesario que las autoridades de nuestro municipio asuman la responsabilidad de encarar un ordenamiento de comercio en toda la ciudad, especialmente el que está fuera de locales y el que se ubica en las aceras, bajo el sentido social de "comercio temporal" pero informal.
El grave problema que se confronta en las calles es producto de la presencia en algunos casos "masiva" de comerciantes ubicados en quioscos, puestos ambulantes, sitios en el piso, cajones y bancos usados como mostradores, algunos puestos más complejos, incluyendo garrafas, mesas y bancos de modo que la calle se convierte en un sitio de intensa y variada actividad, que perjudica el tránsito de personas, obligadas a utilizar estrechos espacios de las aceras o a circular en las calzadas en peligrosa competencia con las movilidades.
En las proximidades de los centros de abasto y de manera general, los almacenes de abarrotes, con indebidas autorizaciones, ganan espacio fuera de sus locales para la exposición de sus productos, reduciendo el espacio público que por ley y por derecho corresponde a los transeúntes y no a los comerciantes. Se ha llegado al extremo de que la totalidad del ancho y largo de muchas aceras están colmadas de comerciantes que han instalado sus quioscos obligando a los transeúntes a utilizar la media calle para poder efectuar sus compras.
Lo que se sabe y por supuesto es parte de un ingreso "especial" para el municipio, es el pago que hacen los comerciantes, agrupados en organismos gremiales para exponer y vender sus productos fuera de sus almacenes. Cuánto reporta este rubro a la AlcaldÃa, debe ser un Ãtem considerablemente apetecible, tanto asà que no hay autoridad que liquide las autorizaciones y limpie las aceras de la ciudad de esos puestos absolutamente irregulares.
Según la información relacionada con el caso, se sabe que en La Paz hay 31 mil comerciantes gremiales legalmente establecidos, pero por otro lado se estima que hay otros 15 mil comerciantes ilegales con puestos informales en las calles de la urbe, de donde serán retirados paulatinamente en cumplimiento del plan de ordenamiento del comercio callejero que complica seriamente la comodidad y seguridad de la población, situación que constituye el reclamo más airado de la comunidad.
En nuestro medio, la acción irregular del comercio gremial ha rebasado los lÃmites de un mÃnimo respeto a los derechos de la ciudadanÃa para el uso de las aceras que son los espacios públicos que determinan seguridad y comodidad a toda la población de adultos, jóvenes, niños, hombres y mujeres de la tercera edad. Hay necesidad de un trabajo especial en el Gobierno Municipal.
Fuente: LA PATRIA
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