Dentro de un año y en fecha 3 de julio, el equipo legalista de expertos nacionales e internacionales tendrán lista la contrademanda que debe presentarse ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, respondiendo a la demanda que presentó Chile a esa instancia en torno a las aguas del Silala, que según Chile son parte de un "rio de curso internacional", desconociendo que las mismas nacen en los manantiales ubicados en territorio boliviano en la jurisdicción del Departamento de Potosí, de donde fueron desviadas artificialmente con la construcción de canales ordenados por Chile.
La contrademanda se presentará en los términos que corresponda aclarar a una falacia sostenida caprichosamente por ciertas autoridades del vecino país, que recorrieron en su terreno parte de los canales por ellos construidos, pero sin llegar al origen de los manantiales, dentro de la zona fronteriza en territorio boliviano desde donde emanan las aguas subterráneas que surten el elemento líquido a los canales chilenos, para saciar la sed de miles de ciudadanos del norte de ese país.
No se quiere entender algo inobjetable, naturalmente posesionado por efectos de la naturaleza, (valga la redundancia) en el territorio boliviano y que transcurren al vecino territorio gracias a los canales de cemento construidos forzadamente para captar un curso irregular de agua, que es utilizada por muchísimos años y de la que no paga Chile ningún derecho.
Un importante informe técnico realizado por profesionales nacionales e internacionales, establece claramente que los recursos hídricos del Silala se ubican en el subsuelo de una superficie que corresponde al territorio y la soberanía de Bolivia, por lo mismo es irrefutable esa situación con un argumento carente de respaldo originalmente "natural" queriendo convertir los canales de construcción chilena en un río internacional.
Pero la contrademanda boliviana estará debidamente respaldada y sustentada con sólidas pruebas que desestimen la hipótesis chilena que se pierde a la vuelta del primer canal artificial. Ese es un proceso que demorará poco menos de un año para llegar a su punto culminante, mientras tanto hay corrientes de opinión entre profesionales, de analistas, dirigentes de diversas instituciones, lo mismo que políticos y observadores nacionales que observan el tema del Silala y coinciden en la necesidad de "sentar soberanía" utilizando para beneficio colectivo de los bolivianos, esas aguas que surgen en nuestro territorio.
Por lo que se sabe, una decisión gubernamental y el soporte financiero correspondiente instruyó el desarrollo de dos proyectos, uno para la habilitación de un criadero de peces y otro con la instalación de una envasadora de agua natural, por supuesto tratada para su venta masiva como refresco nacional. Aparte se mencionó la necesidad de canalizar con adecuada supervisión técnica la dotación de agua para consumo humano, regadío y mantenimiento de abrevaderos de ganado en la inhóspita región del altiplano potosino.
Pasado el tiempo no hay informes sobre el desarrollo de tales proyectos, cuánto avanzaron, en què quedaron, cuáles fueron los inconvenientes si hubieron, qué razones existen para no dar paso a decisiones de los propios potosinos para utilizar las ricas y puras aguas del Silala, como una muestra fehaciente de la propiedad sobre las mismas y la soberanía boliviana. Ya es tiempo que nos ubiquemos en el buen uso de nuestros grandes recursos hídricos.
Fuente: LA PATRIA
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